Mujer: El frío del aire acondicionado hace que trabajes menos

31/mayo/2019

 

Agencias

El reclamo de muchas oficinas: el frío que experimentan las mujeres a causa del aire acondicionado durante ocho horas diarias no es justo.

No es raro que en una oficina la mayoría de las mujeres estén más abrigadas que los hombres, independientemente de la temporada del año que sea. El frío en la oficina es el mismo todo el año.

Por desgracia, la batalla -una vez más- entre hombres y mujeres sobre el frío en la oficina no se queda solo en eso. También tiene otras repercusiones que a nadie le convienen: la temperatura del ambiente laboral afecta la productividad, especialmente en las mujeres, según diversos estudios.

La solución al problema es tan sencilla como elevar el termostato en la oficina, porque puede resultar en una mayor productividad para las mujeres.

Pero los hombres no estarían contentos.

¿Podríamos ver esto como una discriminación más de género en la que la temperatura se fijó tomando en cuenta sólo las condiciones fisiológicas del hombre promedio? Quizá. Pero incluso si eso no es tema de debate para algunos, al menos la productividad debería preocupar a los tomadores de decisiones en espacios cerrados.

Parece ser que la temperatura fría está pensada para ellos según el estudio publicado en la revista Nature Climate Change. De acuerdo con la investigación, está diseñada para un hombre de alrededor de 40 años y 70 kilos.

La explicación en palabras sencillas es: el cuerpo del hombre genera más calor y por tanto necesita más frío para alcanzar la temperatura óptima, y al cuerpo de la mujer le ocurre lo opuesto, por lo que necesita más calor exterior.

Se han realizado muchos estudios que muestran que las mujeres prefieren los interiores con temperatura más alta que los hombres, sin embargo, nadie previó el efecto de estas diferencias en el rendimiento.

El debate por la temperatura de la oficina no se trata solo de la comodidad o capricho femenino.

¿Cuál es la temperatura ideal para estar feliz (según la ciencia)?

Un especialista consultado por El País, asegura que “la temperatura ideal para los varones suele estar entre los 21 o 22 grados, mientras que las mujeres suelen preferir una temperatura superior, entre 24 o 25 grados”.

Así que podríamos llegar a un acuerdo beneficioso para ambos.

Finalmente, esto también tiene mucho que ver con la vestimenta: no sólo se trata de la temperatura pensada para hombres. La temperatura también se fija teniendo en cuenta que, incluso en los meses con más calor, los hombres siguen llevando traje (y se acaloran), mientras las mujeres pueden llevar falda y sandalias.

Mientras no se flexibilice el código de vestimenta en las oficinas y la falsa asociación entre inteligencia y poder acompañada de un traje continúe, es muy probable que el círculo vicioso de la baja temperatura en el trabajo permanezca.

El aire acondicionado de las oficinas a menudo se fija a una temperatura que las mujeres consideran como fría; al debate que provoca se le conoce como la Batalla del Termostato. Un estudio incluso indica que debido a que las mujeres tienen un metabolismo más lento, la fórmula para fijar la temperatura en los lugares de trabajo, que fue desarrollada hace décadas a partir de la comodidad de los hombres, podría sobreestimar la producción de calor del cuerpo femenino en un 35 por ciento.

No obstante, una pregunta que no ha sido hecha con mucha frecuencia es si la temperatura afecta la productividad de los hombres y de las mujeres de manera diferente. Investigadores informaron que a temperaturas más frías, los hombres obtenían mejores puntuaciones que las mujeres en evaluaciones verbales y de aritmética. Sin embargo, a medida que la habitación se volvía más cálida, las puntuaciones de las mujeres se elevaban significativamente. Los hallazgos requieren mayor confirmación en una variedad de condiciones, pero aportan a una reconsideración científica de los espacios en los que trabajamos y estudiamos, que en ocasiones han sido diseñados con un conjunto limitado de requerimientos físicos en mente.