Editorial

4/abril/2019

 

Por la apertura del gobierno federal mexicano en la frontera sur, Donald Trump amenaza cerrar la frontera norte.

Ante esto la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana dio a conocer –según- que existe un plan B en caso de que se realice tal cierre, según el nuevo presidente del organismo mexicano, Gerardo Tajonar Castro, pues las empresas utilizarán diferentes rutas terrestres y el transporte marítimo para mover sus mercancías.

Desde luego que ello incrementaría los costos de flete, pero es una alternativa de movilidad de productos.

Sobre el tema, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que ya se atiende el tránsito de personas en la frontera con Estados Unidos, sin que se haya problemas graves, y confió en que los gobiernos actúen de manera conjunta porque no conviene a nadie el cierre de las fronteras.

Y aunque lo cierto es que permanecen abiertos los cauces y las garitas sin que se registre problema alguno hasta hoy miércoles, por lo que el presidente previó que este fenómeno sea temporal y transitorio, porque tiene varias aristas y lo más importante es manejarlo con responsabilidad.

El tema es oportuno para todos, empresarios y políticos, aparezcan, y lo hizo el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal, quien dijo que los señalamientos del presidente de Estados Unidos dan paso a “crímenes de odio”, en una carta dirigida a los líderes de la mayoría y minoría en el Senado norteamericano, Mitch McConell, y Chuck Schumer, respectivamente.

Y es que en los últimos días el presidente estadunidense ha vertido diversos señalamientos, tanto desde sus redes sociales oficiales como ante los medios de comunicación, donde acusa y descalifica tanto al gobierno de México como a los mexicanos, y obviamente a la comunidad migrante.

De ahí que amenace con el cierre de la frontera que ambos países comparten, lo que es una muestra más de xenofobia que el presidente anima entre sus connacionales que comparten la idea de que los migrantes son nocivos para un país de inmigrantes, que son, la verdad, la fuerza laboral que ni los “afroamericanos” quieren realizar.