Editorial

11/enero/2019

 

Debe de haber serios problemas presupuestales para los arranques de los nueve gobiernos estatales que tomaron posesión, y que indistintamente han denunciado que encontraron las arcas vacías en tanto las deudas acumuladas.

Con todo y eso, en esas nueve entidades no hay anuncios de demandas formales ni en Veracruz, entidad en la que Cuitláhuac García Jiménez y Miguel Ángel Yunes se dieron con todo durante la transición, uno acusando de que no le dejarían nada para finalizar los compromisos de fin de año, y el otro indicando que hablaba de más “ese muchacho”.

Con todo y eso en Tabasco, salvo la mención de arranque de en “banca rota” dicha por Adán Augusto López Hernández, el nuevo mandatario que fue el último en tomar posesión de los nueve nuevos gobernantes, no trascendió a más aún se hiciera viral inclusive el viaje de Arturo Núñez, el ex gobernador tabasqueño, a Estados Unidos.

En medio de todo tipo de protestas porque “no se hace justica”, incluyendo el caso de Texcoco, Pemex, SCT –concesiones, construcción de carreteras, puerto de Veracruz que es otra historia en proceso-, los hechos de corrupción están sin nombres, y crece la idea de que la no “cacería de brujas” es para que esa mafia del poder saliente desestime que van a ser perseguidos, y se integren al proyecto de nación amlista.

Igual no tienen mucho tiempo, y tienen que empezar a dar luces de que están de acuerdo, y bueno sería que aportaran las mismas pipas que usaron para el huachicol, ahora en apoyo a la distribución de combustibles en dónde hace falta.

Como dijera Emiliano Zapata –astutamente – “hay que jalar con ellos, pese a ellos”.

Ya veremos cómo corresponden al favor que se les está haciendo, porque pruebas de que están coludidos abundan, por mera omisión de responsabilidad.