Tubo de ensayo

23/noviembre/2018

René Delios

 

Para muchos el funcionario del sexenio que ha podido cumplir los encargos que le han encomendado pero también los propios, Enoc Hernández Cruz fue noticia viral por el solo hecho de registrarse como aspirante a la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas, aún los cuestionamientos por ello, pues según esto no tiene méritos y la preparación necesaria para tal responsabilidad.

 

Las opiniones aterrizan en diversos tonos, pero más que la verdad otros que han sido rectores con presuntos méritos no hicieron mucho por la máxima, e igual en indistinta forma fueron impulsados desde palacio de gobierno como sucede en esos cargos de altos presupuestos, como el de la UNACH que, huelga decirlo, no es verdaderamente un manjar si entendemos que enfrenta enormes deudas incluso con hacienda federal y no pocas instituciones de servicios, incluyendo al ISSSTE, lo que amerita negociaciones que no son precisamente la rama de los académicos, pues por todo el país no son pocas las autónomas ahogadas por el fisco y otros pendientes de pago y laudos millonarios.

 

Incluso ya se hizo un llamado al presidente electo –no desde la ANUIES, prudentemente esperando, pues su titular es amigo de Meade-, para que las universidades públicas reciban una oxigenación antes de impulsar la creación de cien universidades más, cual propuesta de AMLO, para ubicarlas estratégicamente por el país, enfocadas  de acuerdo a los requerimientos regionales.

 

Desde luego que hay académicos de amplio reconocimiento en esa máxima como Jorge López Arévalo, Ariosto de los Santos Cruz, Leticia del Carmen Flores Alfaro, María Eugenia Culebro Mandujano, Eric Laguna Vázquez, Miguel Ángel Yáñez Mijangos, entre más de una decena de meritorios registrados.

 

¿Entonces por qué ante –y entre- toda esa aplanadora intelectual, científica y cultural de los aspirantes en la UNACH se registra Hernández Cruz?

 

Para empezar si entre académicos -entre los que también hay cada ficha- iba a estar duro el jaloneo, un aspirante externo alborotó el avispero, incluso externo, como se vio en redes sociales, en las que se le fueron a la yugular al de Jiquipilas, haciendo viral su registro –en buena o mala critica- como el de ningún otro aspirante.

 

Y es que ha sido una constante en la idea de “quemar” a un personaje, la verdad promueven la imagen del cuestionado, pues ahora por miles saben que el “hombre del gobernador” busca la UNACH, no como su última tabla del sexenio, sino con el ánimo de permanecer dentro del siguiente, en una rama distinta a la practicada por éste como lo es la política, y que sería en éste caso la académica, y desde luego la gestora, pues es de todos conocido que la máxima casa de estudios chiapaneca está endeudada, muy aparte de que de siempre el rector o la rectoría ha sido un cargo político, nombrado por el gobernante en turno y no precisamente decisión de su consejo universitario.

 

¿Y entonces porqué se desgarran las vestiduras?

 

Igual Enoc Hernández no es el meritorio para elevar el status académico de esa máxima -y hasta puede que no sea ahora lo prioritario-, pero no ha sido mal negociador a su paso por el aparato gubernamental y su partido –porque lo es-, Mover a Chiapas, está incluso mejor posesionado que el PAN y el PRD en el congreso y los municipios del estado y obvio las regidurías que es otro canto no entonado y muy poco analizado, aun la aplanadora morenista, por lo que mantuvo su registro ante el IEPC.

 

Este negociador o gestor –como se necesita incluso en todas las áreas e instituciones culturales, en las que también hay mafias, me cae- puede ser enviado a eso y no creo, ya en la experiencia que me queda, que el movimiento de referencia haya sido a impulso personal de Hernández.

 

Es algo con fuerte olor a consenso en ésta muy amigable –por lo que se ha visto y parece se verá después- transición de poder.