Pues llegó el viernes y no pasó de acuerdo a las versiones de que senadores y diputados entrarían esta semana en la transformación real del Estado Mexicano.
Para el nuevo gobierno es importante tener ya aprobadas las reformas, las nuevas estructuras y el reacondicionamiento de instituciones para arrancar a la velocidad que ha mostrado el presidente electo, reuniéndose incluso con gobernadores en funciones, aunque extraña que no lo haga con funcionarios del aún presidente constitucional.
Hay una clave: la promulgación de una nueva Ley de la Administración Pública Federal que defina la estructura burocrática sobre la que gobernará el tabasqueño, y en esto tanto Ricardo Monreal y Mario Delgado, presidentes de sus respectivas Juntas de Coordinación Política y líderes de las mayorías parlamentarias, tanto en el senado como en San Lázaro, aceleren el paso para comenzar a sacar adelante Reformas, Leyes y Reglamentos.
Luego de eso tendrán enfrente el otro gran reto: aprobar los Presupuestos de Ingresos y Egresos 2019, que como sabemos, por acuerdo entre mandatarios –aunque no lo crean los amlover-, Peña lo dejó a criterio de López Obrador, quien señaló que va sin aumentos fiscales.
Obvio ni partidas para el dispendio.
Las versiones indican que el presupuesto 2019, llegará a los 5 billones 677 mil 200 millones de pesos, esto según lo adelantó Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados.
Y esto porque cubiertos los rubros inamovibles de la deuda, gasto corriente, pensiones, proyectos y programas sociales, lo que podría AMLO reorientar suma los 982 mil 300 millones de pesos, ni un centavo más, que solo son 397 mil 533 millones más con respecto al gasto ejercido en 2018.
Con ese incremento, más los ahorros por políticas de austeridad, y lo que no se lleve la corrupción, igual y sí se cumple la expectativa de contar con lo suficiente para poder cumplir las promesas que el presidente electo hizo en campaña para su primer año de gobierno.
