Signos que delatan que tienes a un jefe deficiente

23/agosto/2018

 

Agencias

Todos nos hemos encontrado con jefes cuyas capacidades de liderazgo, podrían ser cuestionadas con facilidad por sus subordinados. Sin embargo, en ocasiones, más que malos pueden ser los PEORES que te puedes encontrar.

Hay que entender que ser un mal jefe, no necesariamente significa que se trata de una mala persona. Dirigir es una aptitud que requiere desarrollarse y ser aprendida.

De acuerdo a una experta es posible diferenciar cuando una cabeza de equipo destaca para mal, sobre todo cuando tiene las siguientes actitudes:

  1. NUNCA toma vacaciones.

¿Parece que en tu área no existen las vacaciones? Es posible que tu jefe piense que si toma un descanso, las cosas comenzarán a ir de mal en peor, por ese motivo prefiere no delegar las responsabilidades, aunque sea tan sólo por unos días. Demuestra que no confía en su equipo.

  1. Lo toma personal cuando alguien renuncia.

En todos los equipos de trabajo es común que algún integrante, en un momento tome otro rumbo. Cuando esto ocurre, la actitud del líder demuestra mucho de sus capacidades de management. Si notas que se enfada y que incluso, hace comentarios que demuestran poco respeto hacia la persona que se va, no es correcto.

Un buen líder busca mantener a los mejores integrantes de su equipo cerca, no darles motivos para irse. Y si ocurre, demostrar su profesionalismo al menos despidiéndose, facilitando su salida y deseándole buena suerte.

  1. Culpa a los integrantes del equipo de los errores.

Todos se pueden equivocar en alguna ocasión. Por supuesto, la responsabilidad de los empleados, es siempre tener precaución de que no ocurra.

Si en alguna ocasión, sentiste que tu jefe reaccionó de forma exagerada por algún error, y se centró más en señalarlo que en arreglarlo, quedará claro que no está listo para dirigir. Un buen jefe sabe reaccionar ante un error, en lugar de culpar a los demás.

Por supuesto, tampoco se trata de que TODOS los errores del empleado deban ser justificados y solapados.

  1. Termina haciendo la mayoría del trabajo.

En este sentido, nos referimos a cuando su desconfianza en las capacidades de su equipo lo lleva a hacerlo todo. Con la finalidad de evitar errores.

  1. Brilla por su ausencia.

Puede que, al contrario, tu jefe desconozca por completo lo que hace su equipo, e incluso ofrece a los directivos más proyectos alejados de la realidad debido a que no está al pendiente de las limitantes de realizar ciertos trabajos.

  1. Evita dar retroalimentación.

Si en apariencia, evita corregir errores del equipo, y parece que le da pena hablar sobre lo que se hace mal, también es un mal jefe. Debe existir un punto intermedio.

Es posible que tema herir a alguna persona, pero debes recordarlo, es trabajo.

  1. La última vez que felicitó a alguien, fue hace mucho tiempo.

Es necesario –sobre todo en épocas difíciles-, que de vez en cuando destaquen los puntos fuertes del equipo. Mantener conciencia de en qué es mejor cada uno, puede ayudar a superar obstáculos.

Si al contrario, rara vez, o nunca lo hace, es un mal indicador.

  1. Trabaja más de las horas con más frecuencia de la que debería.

Y esto se expande al resto del equipo. No existen descansos fijos ni algo como el horario laboral, incluso cuando enferma, está trabajando.

  1. Alguna vez ha insinuado que deberías estar agradecido con tener un trabajo.

Si alguna vez mencionó lo difícil que es conseguir un empleo, y defiende condiciones de trabajo malas con el hecho de que tienes trabajo gracias a él/ella, te enfrentas al argumento más pobre en el planeta para solventar sus carencias.

Como siempre, cualquiera de estas condiciones, siempre podría hacerte buscar otras oportunidades laborales. Recuerda que también es importante que realices un trabajo de calidad, no siempre es culpa de los demás.

Antes de señalar a un mal jefe, piensa en tus errores propios.