Investigación científica se acerca al origen de la Luna

9/abril/2015

Nuevo descubrimiento refuerza la teoría de que se creó tras el impacto de un cuerpo gigante con la Tierra

Agencia

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LONDRES, 9 de abril.– El cuerpo planetario que colisionó con la Tierra y de cuyo choque se formó la Luna pudo haber tenido una composición similar a la de nuestro planeta, según un artículo publicado por la revista Nature y que podría ayudar a entender el origen de la Luna.

Durante los primeros 150 millones de años tras la formación de nuestro Sistema Solar, un cuerpo estelar gigante, casi del tamaño de Marte, golpeó y se unió con la Tierra, lo que provocó la expulsión de una gigantesca nube de rocas y otros restos.

Gran parte de las simulaciones numéricas señalan que la mayor parte del material que formó la Luna procedería de la fusión de los residuos contenidos en esa nube generada por ese impacto gigante.

Los astrónomos, dirigidos por Alessandra Mastrobuno-Battisti, del Instituto de Tecnología de Israel, simularon colisiones entre protoplanetas (pequeños cuerpos celestes considerados embriones planetarios) y compararon la composición de cada planeta que sobrevivió al impacto con la del cuerpo que chocó contra él.

El resultado de esas simulaciones fue que de 20 a 40% de los cuerpos que impactaron tenían una composición similar a los planetas con los que colisionaron, mientras que los planetas que se formaron como resultado de esos choques tendían a tener composiciones diferentes.

El artículo señala que combinando los resultados de las simulaciones se puede deducir que el cuerpo celeste que colisionó contra la Tierra, llamado Theia, debía tener una composición similar a la de nuestro planeta.

Los autores del artículo sugieren que estos resultados pueden explicar las similitudes de composición entre la Tierra y la Luna y por qué su composición es diferente a las de otros planetas del Sistema Solar.

“Las pequeñas, pero significativas diferencias en el reparto de isótopos del wolframio entre la Tierra y la Luna corresponden perfectamente a las diferentes cantidades de material acumulado por la Tierra y la Luna tras el impacto”, señaló el profesor Richard Walker de la Universidad de Maryland en un comunicado.