El suceso de este fin de semana en los Estados Unidos de América no puede ser gratuito, y desde luego coincidimos con los analistas del tema: el retorno del racismo en un estado con una sociedad radicalizada.
Desde el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca ese sector de la sociedad estadounidense identificado con el racismo, se reactivó como motivado por las palabras incendiarias del mandatario en torno a la migración. Algo así como raza Aria, la supuesta superioridad blanca y la discriminación de minorías, y aun las negaciones al respecto, ésta ha salido sin empacho a las calles provocando una serie de problemas, pocas décadas después que se lograra una paz definitiva y duradera en el tema interracial.
¿Quiénes siguen después de los latinos: los negros?
La Unión Americana debe tener cuidado con el racismo, este ha provocado guerras y catástrofes de dimensiones incalculables. Por tener su mirada fija en el terrorismo, los órganos de seguridad del estado han dejado de lado este tema por demás delicado pero latente y por lo que se ve, vigente.
Resulta increíble que un país construido por inmigrantes y por descendientes de esclavos africanos, no haya aprendido la lección y aliente desde las más altas esferas del poder la discriminación y el racismo, pareciera la antítesis de la historia que los llevó hasta donde están el día de hoy, negando lo que son: una nación de inmigrantes porque si de naturales hablamos, pues no son ni caucásicos, ni anglos.
Además de agudizar sus sistemas de seguridad y de anti terrorismo, parece que el gobierno que encabeza Donald Trump necesita un acuerdo de reconciliación nacional para evitar que este problema crezca y, quienes creen que son mayoría dejen de hacer menos a los que consideran minoría o no aptos para ser ciudadanos de aquel país.
No es EU dado a esas consultas populistas para evitarse problemas interraciales, pero la verdad es que se están promoviendo indirectamente y lo peor es que desde luego, el mandatario lo sabe: no puede pasar desapercibido lo del fin de semana.
