Tubo de ensayo

25/noviembre/2019

 

René Delios

 

Durante sexenios se ha usufructuado del erario en aras del “servicio social”, por parte de los gobiernos que, más que la verdad, han sido administradores de la pobreza o bajo desarrollo humano, en vez de reducirla a través de proyectos –no de programitas sexenales- a largo plazo, que conlleven a erradicarla y colocar a esas personas dentro de rango de oportunidades, y así puedan decidir o diseñar su prospectiva.

Algunos le llaman explotación de la pobreza, en aras de beneficio político, en megalomanía por parte de gobernantes que quieren pasar a la historio, o en beneficio de sus partidos políticos, anegados de tráfico de influencia y corrupción política, la que lamentablemente se expresa en legislativos locales y federales con integrantes los más derivados de padrinazgos que de capacidades y méritos propios ante las bases o masas.

La pobreza de alguna manera ha sido rentable para la clase política, y lo más fácil es administrarla, no reducirla, y en el excelente caso, desaparecerla del país pero, la pobreza tiene presencia incluso en el primer mundo, y de ahí esos programas -como el 2030 de la ONU- para erradicarla.

Clase política y elite adinerada –en todos sus rubros- se entrelazan y son los que, en lo general, se llevan las principales ganancias del trabajo colectivo, y eso no es privativo de México, siendo la diferencia que, el rendimiento del trabajo, o sea el salario, el llamado poder adquisitivo es muy bajo con relación –digamos- a los socios dentro del T-MEC, como Estados Unidos y Canadá que, en los que fácil, los trabajadores ganan diez veces más que en nuestro país.

En los países socios los trabajadores ganan entre 7 y 9 nueve dólares la hora; en México a lo más el mínimo está en seis dólares la jornada laboral de ocho horas y a veces hasta doce -que es ilegal- en la iniciativa privada explotadora, so pretexto de que da empleos aún deslice los derechos laborales.

La diferencia es enorme.

Aun con eso el saqueo, el peculado, el desvío de recursos, los intereses político, todo a costo el presupuesto anual, al que la corrupción le cuesta o costaba –según dicen ahora- el siete por ciento del total al erario según estudios serios, y eso fue o es dinero que no llega a los beneficiarios, y se queda en esa estructura política o económica que, no reparte la riqueza.

Tampoco creo que una manera objetiva de repartir la riqueza sea a través de subsidios a programas caros de apoyo social, sin rentabilidad; debe haber un proyecto de crecimiento de la gente más necesitada pues, así como van pueden pasar otras tres generaciones como las últimas en que no crecieron.

¿Qué no hay planeación?

Claro que no todo en una administración pública debe ser un negocio, pero lo invertido en aras de del desarrollo -como abatir la pobreza- debe mantener un crecimiento sostenido, y en cuanto a esos programas de referencia no se ha visto y por lo tanto han sido un fracaso.

¿O no?

La otra: eso de crear organizaciones sociales, políticas; gremios de esto y aquello para sacar provecho a la vieja usanza, solo los exhibe.

Digo, porque eso de que se les de la razón a los enemigos del régimen nada más porque lo atacan, es un error: lo chueco es chueco, aun lo disfracen, maquillen esos dirigentes de todo.

¿Cómo van a creer que le van a dar 3 mil 800 millones de pesos a representantes campesinos para incentivar a la producción?

Tiene décadas que eso pasaba y nada: los pobres siguen siendo pobres o ¿Sino a quien representan esos compas?

Neta que es clara falta de objetividad: cuántos años de burocracia dorada, elite política, dirigentes a modo, a costa del erario y ahora que se cancela, se desgarran las vestiduras acusando de abandono y traición a los pobres.

¿Esos dirigentes son pobres?

¿Dónde están las mejorías en eso sectores y beneficiarios de sexenios –insisto- a través de programas saqueados por ellos?

Los que saben dicen que es un proceso, mientras esta nación entra al ducto de las leyes y se sale del tráfico de influencias, la corrupción, los intereses grupales y personales por sobre los de la nación.

Porque una cosa es o son los errores de un gobierno que ahora se pueden cuestionar con todo, y otra mantener a parásitos ya bien ubicados en aras de que estén contentos con el gobierno equívoco, y lo anden defendiendo como pasaba recién.

Porque júrenlo que si le hubieran cumplido el capricho millonario, desde la FAC, esos dirigentes estuvieran reconociendo “el presupuesto nacionalista, popular, solidarios” y todas esas cosas que se decían antes del mismo, una vez aprobado a modo.