Tubo de ensayo

27/julio/2017

 

René Delios

 

La verdad guardando las proporciones no han sido pocas las calles y avenidas de reciente construcción en nuestra entidad, que en las primeras lluvias muestran su mala calidad, de la misma manera en que, carreteras que han costado miles de millones cada año vuelven a padecer las consecuencias de la erosión rápida en la zona de rodamiento, por la mala calidad del asfalto, y los funcionarios municipales o estatales o delegados federales, siguen en su cargo.

Así era hasta el socavón en Morelos, que ha generado mucha especulación y borrado temas de interés nacional, como las denuncias de obra pública mal hecha, y si se quiere de menor imagen o inversión pero que en conjunto si se suben a los miles, pero miles de millones de pesos se van en pérdidas por la mala construcción y a las que hay que destinarle otro varo para reconstrucción o reparación y así, cada año, y que para colmo no le cuesta el cargo a los encargados de las obras, menos a los titulares del área de que se trate, sea municipal o estatal.

No costó nada en el federal, en el que solo se suspendió al delegado de la SCT en Morelos porque no había de otra, al que ya empezaron a defender cuestionando que la obra fue bipartita, es decir con varo del gobierno de Graco Ramírez, respondiendo el equipo del gobernador que ese delegado ni siquiera llegaba a las reuniones ante el mandatario, en clara posición partidista, subiendo de tono, o mejor dicho cambiando el sentido del punto medular, mientras la oficina de SCT anuncia nuevo ducto ya “ahogado el niño”.

Y es que en un país de leyes, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruíz Esparza, hubiese renunciado al día siguiente del socavón en el Paso Exprés de Cuernavaca, y chance hasta puesto a disposición por posible negligencia.

En esos países no se deshacen en explicaciones técnicas y menos políticas por que las muertes de esas dos personas –padre e hijo- no se justifican con nada, es más nunca debieron morir ahí, por asfixia.

Irrita que gente alrededor de ese secretario de, desde entonces, todo para justificar lo injustificable: ¿cómo es posible que se haga un hueco de tal envergadura al poco tiempo de ser inaugurada la obra por el propio Peña Nieto?

Más arriba: ¿qué garantiza que las obras otorgadas a la empresa contratada no padezcan la misma y pésima calidad, si es que cuenta con otras en el país?

Porque eso de abaratar materiales se padece en ésta nación de diezmos, que impactan directamente la calidad de obra y la verdad no pasa nada ni con titulares ni con empresas constructoras cuando se detectan deficiencias y hasta desgracias como la de referencia.

Recuerdo cuando se cayó la tobera de apertura en el puente San Cristóbal durante la administración de Pablo Salazar.

Eso fue un escándalo en corto entre ingenieros civiles que hasta proponían la necesidad de derribar la torre sur de dicho puente pues en ésta se impactó la enorme tobera metálica en su caída.

No pasó nada; la obra se concluyó, nadie fue a la cárcel, nunca se supo de dónde salió más varo para la conclusión, la torre norte no se derrumbó, y ahí está ese puente que superó esa polémica y la anterior, que señalaba que se iba a construir sobre una falla geológica y demás cosas inexactas al estilo de nuestra opinión pública sabiendo de nada pero en chisme de todo.

El punto es que, desde una calle mal construida, hasta esa tobera caída o el socavón en Morelos, no pasa nada. Y ya incluyendo dos muertes y no cayó un secretario de estado pues como que a ver que se necesita para que por vergüenza al menos, se vaya.

Lo peor es que aun su responsabilidad indirecta en esto, se busque revirar políticamente el punto en esa entidad morelense en la que el PRI no tiene presencia luego de casi dieciocho años fuera de la sede de poderes en la ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca.

Morelos fue gobernado doce años por el PAN y ahora lo es por el PRD; canalizar la cosa a la política buscando distracciones ante el cambio de gobierno en 2018, hace más mezquino el haber –y la responsabilidad- del secretario alguna vez mencionado incluso como presidenciable.