Tubo de ensayo

27/junio/2017

René Delios

 

En las nueve entidades del país, incluyendo la nuestra, son bastante visibles los aspirantes a gobernador por indistintas siglas, al igual que en ámbito nacional, salvo en el CEN del PRI, que si bien se mencionan nombres, no hay movimientos claros por parte de sus posibles aspirantes.

A lo mejor aplicando aquello de “el que se mueve no sale en la foto”.

Los aspirantes chiapanecos no gozan de una amplia simpatía popular, no sólo porque la gente esté desilucionada de la pobre correspondencia de sus gobernantes, por las razones que sean, sino porque los visibles, sencillamente no gozan del prestigio que no se han ganado con su trabajo político social.

Pero a diferencia de los priistas en las entidades, en la nacional la cosa es distinta, sostengo.

No son pocos los que se preguntan qué esperan ante el abasallaje que no solo Morena, sino también panistas y perredistas realizan en torno a la candidatura presidencial, concertando posibles acuerdos o ya en la individual, en plena campaña como Rafael Moreno Valle, Margarita Zavala, Ricardo Anaya por el PAN, Andrés Manuel López Obrador por Morena, Silvano Aureoles o Miguel Angel Mancera por el PRD, y en tanto ¿qué hace el PRI respecto a la sucesión presidencial?

No se ve mucho, salvo menciones: que Narro Robles, que Meade Kuribeña, que Osorio Chong, que Videgaray Caso, pero éstos personajes hacen como que escuchan pero no dicen “voy”.

No se trata de sacar de pronto un candidato, pensando en aquella vieja maquinaria que se aceitaba nada más se conociera quien dejaba de ser “el tapado”, y todo el aparato se volcaba en su apoyo incondicional.

Porque si esa va a ser la vía pues como que se va a tratar de una imposición y la expectativa es que sin consenso a lo mejor no resulta.

Ahí tienen al Estado de México de ejemplo: ganaron, ciertamente, pero apretadamente; no es como para certificar que una posible elección presidencial desde Los Pinos, garantice el triunfo.

Ya ni con dinero, porque los candados sí que están fuertes y en ésta se agrega un nuevo ingrediente que es supuestamente “una izquierda renovada” que va a destinar mucho trabajo político en cazamapaches.

Entre los priistas la pregunta es ¿Por qué se espera ante tanta delantera que toman en la oposición?

La dirigencia nacional no dice nada; espera los tiempos según esto, o las órdenes para permitir la movilidad.

Es por eso que se filtran prospectos, metiendo y sacando nombres, algunos sin posibilidades de contender, pero que aparecen para “engordar el caldo”.

Solo dos priistas sí revelaron su aspiración de buscar la candidatura presidencial de su partido y son Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán y Enrique de la Madrid Cordero, el secretario de Turismo.

Pero de pronto se –o los- apagaron.

De todos modos ni con sus anuncios, motivaron reacción entre los priistas, mucho menos entre la opinión pública.

¿Qué estarán esperando entonces los priistas?