Tubo de ensayo

19/junio/2017

 

René Delios

 

Hoy inicia la llamada cumbre de América.

La reunión de la Organización de Estados Americanos, conocida como la OEA, que alguna vez pretendió Luis Echeverría y nada más no.

Con todo y eso, México –que alguna vez fue el hermano mayor en América Latina- jamás ha sido sede de una reunión de la OEA hasta ahora.

En la agenda está la cuestión de la crisis en Venezuela, que ha sido motivo de enfrentamientos entre gobiernos regionales, pero a esto se agrega un nuevo ingrediente que es la reactivación del distanciamiento entre Estados Unidos y Cuba, que pasa a ser prioritario.

Luego de que México fijó su posición, el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, canceló su viaje a México y su participación en el evento.

Era obvio, incluso antes que ese anuncio del canciller mexicano, Luis Videgaray Caso, pues horas antes el presidente Donald Trump anunció reajustes estrictos en la política hacia Cuba.

Las versiones oficiales de ayer precisaron que a la cumbre asisten 34 países, incluido Venezuela, y que el hotel sede Moon Palace, fue convertido en un búnker con acceso restringido.

La seguridad fue reforzada tras la balacera del pasado jueves en el centro de la ciudad, que dejó un muerto en el municipio de Benito Juárez, conocido como Cancún.

También es obvio que decidido a consolidar su quinto eje de gobierno, denominado “México un actor con responsabilidad global”, la administración del presidente Enrique Peña Nieto se apresta a ser anfitriona de la 47 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, donde se discutirá posibles soluciones a la crisis de Venezuela, una nación cerrada a la observación internacional y al ejercicio de la democracia.

El lema “Fortaleciendo el diálogo y la concertación para la prosperidad”, un tanto romántico, es el concertado central, y se espera también que se toquen asuntos como el distanciamiento entre EU y Cuba, surgido de la nada, o del todo trumpniano, al estilo oportunista del mandatario del país vecino, que esperó la resonancia de ésta reunión para fijar su posición.

Y aunque no hizo mención del peligro del lugar, que ya varias veces ha sido escenario de balaceras, como la del jueves pasado entre hombres armados y policías en la zona turística de esa ciudad, la seguridad fue reforzada este fin de semana con destacamentos de la Policía Federal y del Estado Mayor Presidencial.

Eso incluye a los periodistas de todo el mundo, acreditados para el evento de referencia, en una nación famosa porque nos matan. Así que deberán llegar al sitio en autobuses especiales “que saldrán desde el Hotel Krystal Urban, también por seguridad”, se dio a conocer.

O sea, no es tan secreto de dónde y hacia dónde, en esos errores de logística que sorprenden.

Por Venezuela estará presente Delcy Rodríguez Gómez, canciller y vicepresidenta de Soberanía Política, Seguridad y Paz de ese país.

No va a llegar Rex Tillerson, el secretario de Estado de Estados Unidos, en su lugar asistirá John J. Sullivan, subsecretario de Estado, lo cual, a decir del gobierno estadunidense, “no mermará en el papel protagónico de EU en sus demandas de respeto a los derechos humanos y libertades democráticas en el continente”.

Tras el endurecimiento de la política del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, se prevé que en la asamblea de la OEA se toque la problemática del país caribeño, aunque la isla fue expulsada del organismo hace 55 años, el 31 de enero de 1962.

Eso a Cuba, la verdad no le ha importado nunca, pero habrá que esperar qué mensaje lleva John J. Sullivan, el subsecretario de Estado de Trump, que sí es de interés para el hemisferio.