Tubo de ensayo

22/mayo/2017

René Delios

 

Ciertamente es difícil hablar de progreso en una entidad que no tiene transformación.

En una entidad que aparte su sector primario no cuenta con los elementos técnicos para lograr mayor rendimiento de la tierra, e inmersa en políticas de dirigentes corruptos que por sexenios y sexenios han luchado por sus “compañeros”, y nada más no logran que éstos salgan de su precaria situación de dependencia anual de apoyos y obvio, compromisos políticos a cambio de seguir dentro de los listados de beneficio.

Curiosamente la entidad con mayor cantidad de agua, es la que tiene menor capacidad técnica, y desde luego las justificantes pueden ser muchas, incluyendo el porqué no se dan inversiones en el campo chiapaneco como se registra en la zona norte del país, incluyendo zonas desérticas.

En el campo chiapaneco inciden muchas políticas y desde luego inconformidades que alejan a esos inversionistas.

La idea de que el adinerado primero tiene que dar y luego ganar, no tiene nada que ver con el hecho de que el financiamiento o estudio de factibilidad cuesta y bastante, y luego viene la inversión en ocasiones recuperable hasta varios años después.

Pero en medio de la destreza de las líderes para complicar los escenarios, la explotación de la pobreza, los caciques que no se quieren ir, y un Chiapas lejano al centro, pues ni quien se quiera complicar en arriesgar su dinero en agroindustrias, aun los anuncios de dos peques ex profeso, que desde luego quedaron solo de adorno publicitario en su momento.

No llegaron los inversionistas.

Y no llegaron ni a Oaxaca y ni a Guerrero y ni a Michoacán, y eso que hablamos de entidades en donde aún los hombres del campo producen prácticamente con las manos, y en donde las tierras son buenas para producir.

No parece que cambie ese panorama, no hay programas, solo paternalismo como siempre, que no rinde lo suficiente para tecnificar nuestras tierras y sacar a los campesinos de las dependencias del gobierno.