Tubo de ensayo

5/abril/2017

 

René Delios

 

En el discurso se oye muy bien cuando dicen las autoridades que en México hay libertad de expresión; cuando condenan enérgicamente el homicidio de periodistas: se toman la foto y salen en los periódicos.

Pero en los hechos se sigue matando a periodistas y a la vez, esos crímenes quedan impunes.

En tanto, juegan en las redes sociales, los políticos, con escribanos atacando a “chayoteros” que los critican, con toda serie de seudónimos más dados a los insultos que al análisis de los contenidos.

En entidades como Veracruz, no han sido pocos los que amanecen igual de acribillados por el narco; imprudentes que se ponían a escribir barbaridad sobre éstos sin medir consecuencias; sucede en Guerrero, comentan los conocidos de Sinaloa y Sonora que también.

Y no importa sexo; esas muertes de civiles también siguen impunes.

Tenemos entonces que usuarios de las redes como periodistas, están siendo atacados por ese crimen organizado que no quiere que sus eventos merezcan sino la crítica de sus hechos, la investigación del porqué, porque es esta la que descubre el intríngulis que los delata.

Ayotzinapa es un caso claro: la confusión se dio por tantas líneas de investigación y la intervención de tantas organizaciones que contaminaron todo, hasta politizarlo y ser lo que es hoy: un caso explotado por la oposición, pero ya agotado para sus políticos, que dejaron solos a los familiares, a grado tal que uno de ellos increpó al propio López Obrador en Nueva York.

Por eso decir que en México hay libertad de expresión es relativo.

Para empezar como muchas otras cosas de derechos humanos, sociales, cívicos, la libertad de expresión está consagrada en la Constitución, igual el salario digno y la democracia.

No hay ninguna de las tres cosas.

¿O alguien mete las manos?

Es complicado que los políticos entiendan que la libertad de expresión y el derecho a manifestarse es la mejor vía anti corrupción: se llama denuncia pública. Ha sido la vía directa por la que los gobernantes se enteran de lo que ellos y sus subalternos hacen mal, pero la mayoría lo censuran.

Durante sexenios en México se impidió la libertad de expresión, esto por parte del gobierno y ahora, por parte del crimen organizado.

Esto es que si un periodista o denunciante es acribillado con saña, a éstos últimos se culpa; ¿pero si viene desde el gobierno en el entendido de que también tiene armas y gente desalmada?

Por eso una de las vías indispensable sino es que la primera es la libertad de expresión y que le siga la cultura de la denuncia.

Lo demás, eso del fiscal y fiscalía sin que se afinen éstos pendientes elementales de derechos ciudadanos, no tiene caso.