Tubo de ensayo

12/marzo/2020

 

René Delios

 

Los pronósticos señalan que si Estados Unidos cierra vuelos internacionales a su territorio, contando con una mejor infraestructura médica, México tiene que amortiguar la situación pues eso significaría un impacto económico muy serio aparte de los que se están resintiendo por efecto de ese mal, anexando el conflicto petrolero Rusia-Arabia, que más que la verdad se da en un mal momento, pero así son esas cosas de los intereses muy por encima de las razones humanas y humanitarias.

¿Pero si se trata de una pandemia mundial porque las naciones no hacen causa común en contra de ésta?

Porque no se trata de un asunto de carácter regional sino global, en el que como recurso se busca detener el flujo de personas cuando ya el problema se extendió.

Del coronavirus se dicen tantas cosas, por tratarse de una nueva cepa que ataca a los pulmones y les provoca fibrosis a una velocidad tal que en pocas semanas o días –dependiendo del estado físico- es mortal.

Las recomendaciones son muchas, entre ellas tomar agua con frecuencia, acudir al hospital en caso de ahogo sin aparente motivo, entre otras tantas que en zonas dónde se han detectado más de tres casos, sencillamente se practican más por temor que porque sea eficaz.

Es mucha la desinformación, y es por eso que hay que acudir a las páginas del sector salud, aunque la primera recomendación es la higiene en todo sentido: manos, boca, evitar aglomeraciones, en fin, ésta última poco posible en el trabajo, el transporte, la calle misma.

Lo cierto es que para reducir los riesgos de infección, se insiste, hay que lavarse las manos regularmente con agua y jabón o con desinfectante de manos a base de alcohol, tomar agua con regularidad, y obvio evitar el contacto directo con cualquier persona con síntomas de resfriado o gripe, situación esta última que ha generado mucho rechazo a portadores de un simple resfriado, especialmente en España e Italia.

No es un asunto del ahí se va.

Esto porque la Organización Mundial de la Salud desde 1981 no había declarado una pandemia mundial, nomenclatura que no alcanzó la gripe A H1N1; para la OMS el coronavirus ya puede definirse como una “pandemia”, luego de que el número de casos fuera de China se multiplicó por 13 en dos semanas y en ese mismo periodo los países afectados se triplicaron, llegando ya todo el continente americano.

En 1981 fue declarado el Sida como una pandemia, a la fecha en que ya se logra con cierta eficacia su control, más de 30 millones de personas han muerto.

La humanidad ha aprendido a convivir con éste mal que afecta el sistema inmunológico, que se contagia accidentalmente por alguna forma de transfusión sanguínea, como el uso de agujas infectadas, teniendo relaciones sexuales con personas portadoras.

Pero el coronavirus es viral; puede mantener en el ambiente hasta por treinta minutos a temperaturas mayores de 26 grados, aunque no sobrevive a temperaturas altas.

Por eso se teme que en lugares fríos se propague con mucha facilidad.

No está de más extremar cuidados, y ser aseados.

 

Matraz

 

Lo otro que se propaga son los tendederos.

La verdad tiene sus riesgos, sus excesos, sus abusos, pero es como la libertad de expresión: amarra, pues advierte a muchos abusivos, que en cualquier momento pueden ser exhibidos.