Tubo de ensayo

19/febrero/2020

 

René Delios

 

El diálogo de siempre ha sido la logística idónea para alcanzar acuerdos.

Esa situación ante la inconformidad que pueda darse, corresponde en primera instancia a la Secretaría General de Gobierno, cuyo titular es Ismael Brito, para muchos un funcionario metódico, en cuanto para otros dado a los reflectores como está ahora de moda desde palacio nacional.

 

Digo.

 

Pero el asunto es que en su chamba a diario hay negociaciones, acuerdos, reuniones, conciliación, soluciones y como que eso le molesta a algunos que –a al fuego amigo- patrocinan  lo necesario para demeritar su chamba.

 

No es nuevo, ha pasado en todos los gobiernos pasados y pasa ahora en todos los estados, en que unos grupos miden fuerzas con otros en los mismos gobiernos causando competencia institucional que, tratan de reducir con ese tecnicismo de la labor transversal e integral, en aras de evitar la publicidad.

Si, son críos amorfos de los gobiernos mismos, en algunos partidos les llaman tribus, corrientes, en fin.

 

Desde luego que es un político con aspiraciones, si no, no fuera político, pero llama la atención que contrario a otros acelerados, en ese sentido se mantiene de bajo perfil, y solo se enfoca al trabajo de la jefatura del gobierno interior y pondere la imagen de su jefe directo que es el gobernador del estado, del que dice que la instrucción es ponderar el diálogo con resultados y el respeto a la Ley, como las mejores herramientas de su gobierno para mantener la paz y la convivencia armónica entre chiapanecos.

 

Y ahí están los hechos, y desde luego, encuentra rechazo, critica, señalamientos, por ser parte de un gobierno poco ortodoxo que corta los excesos, pero viene de los mismos antecedentes, la clase política chiapaneca, tan mal agradecida e irrespetuosa con su estado, saqueado, rezagado, pero rico en elementos renovables y no renovables.

 

¿Cómo fue posible?

 

La respuesta está en esa clase política; en esas estructuras anquilosadas que la sostuvieron sexenios y sexenios, y que incluyó los dos periodos de izquierda incierta de Pablo y Juan.

 

No es la primera vez que publica el responsable de la política interna que el gobierno estatal mantiene las puertas abiertas para escuchar a todos los chiapanecos “sin importar su origen ni distinción de partidos políticos, para trabajar en un solo frente para encontrar las mejores soluciones a los problemas”.

 

Chiapas es una entidad compleja, sus rezagos sociales desde luego generan inconformidad social; los problemas derivados de errores políticos o administrativos –que hay muchos- en alguna parte “revientan” y se hace necesario tratarlos con decoro y atención, para establecer una vía que permita solucionarlos, no administrarlos, como se ha hecho de siempre.

 

Hay los pendientes en la Lacandona, en las zonas urbanas, cuestiones de política indígena en algunos municipios, deudas acumuladas, falta de solvencia, en fin, todo derivado de maneras de gobernar que han comprendido abusos y falta de planeación.

 

Obvio es que el titular de la secretaría de referencia dice que hay respeto a los derechos humanos, a la diversidad cultural y se cuida la riqueza de los recursos naturales, respeto a la equidad, igualdad, confianza, paridad y que existe unidad de todos los sectores sociales.

 

Pero eso no es del todo cierto.

 

O sea que no está fácil el trabajo en esa secretaria de gobierno interior o jefatura de gabinete, segundo del mandatario, obligado ningún margen de error si es posible.