Por cambio climático, la Antártida se reverdece

20/mayo/2017

 

Hace cuatro años, un equipo de investigadores británicos constató que en los últimos 50 años el calentamiento global había provocado un cambio ecológico sin precedentes en el musgo y los microbios del extremo sur de la Península Antártica.

 

Ahora, el mismo equipo de investigación ha confirmado que esos sorprendentes cambios no son algo aislado, sino que se están produciendo en todo el continente helado.

 

La nueva investigación, publicada en Current Biology, “nos da una idea mucho más clara de la escala en la que están ocurriendo estos cambios”, dice el autor principal e investigador de la Universidad de Exeter (Reino Unido), Matthew Amesbury.

 

“En el trabajo anterior, sólo identificamos esa respuesta ecológica en el extremo sur de la Antártica, pero ahora sabemos que los bancos de musgo están respondiendo al cambio climático en toda la Península”, añadió.

 

La Península Antártica es una de las regiones que más rápidamente ha acusado el calentamiento global: desde 1950, las temperaturas anuales han subido medio grado (0,5 ° C) cada década.

 

Los investigadores se dieron cuenta de que analizando bancos de musgo de hasta 150 años de antigüedad, podían aprender mucho sobre cómo el aumento de la temperatura ha afectado a la ecología antártica.

 

En el nuevo trabajo, los investigadores ampliaron la muestra con tres localizaciones nuevas (Isla Elefante, Isla Ardley y Isla Verde), donde crecen los bancos de musgo más profundos y antiguos de la Península y que ocupan una extensión de 600 kilómetros.

 

El análisis de los nuevos bancos de musgo -de 150 años de antigüedad- reveló una aumento de la actividad biológica parejo al calentamiento global de los últimos 50 años, un hallazgo que sugiere que la Península Antártica está experimentando un “cambio fundamental y generalizado”, según el estudio.

 

Además, la consistencia de los cambios en las muestras de musgo tomadas de diferentes partes de la Península fue particularmente sorprendente, según Amesbury.

 

Pero aún “hay más por venir”, advierte el estudio, que sugiere que los ecosistemas terrestres de la Península Antártica seguirán experimentando cambios rápidos con el calentamiento futuro.