Arít León Rodríguez
Hace unos días los senadores Miguel Barbosa, Raúl Morón, Benjamín Robles, Fidel Demédicis, Luis Humberto Fernández, Lorena Cuellar, Zoé Robledo, Luis María Beristain, Rabindrath Salazar, Alejandro Encinas y Mario Delgado informaron a la Mesa Directiva de la Cámara Alta su separación del grupo parlamentario del PRD.
Desde la designación de Dolores Padierna como coordinadora parlamentaria del PRD la inconformidad es manifiesta.
El PRD no ha pasado por buenos momentos ante el ojo escrutador de la vox populi especialmente tras gastar 9 millones de pesos en publicidad para verse mejor y progresista mercadológicamente.
La inversión como que no les ha funcionado muy bien, pero ni deben sentir fracasados: en este sexenio la mayoría de los partidos, por no decir que todos, están siendo mal vistos.
El descaro en sus aspiraciones, cambios, gustos y berrinches han dejado a la población intolerante por mucho, pero alguien como Padierna es también el claro ejemplo de que buscan posicionarse a toda costa.
Dolores Padierna comenzó sus andanzas al amparo del terremoto de 1985. Encabezó grupos de damnificados que pedían techo. Acción loable, sí. Pero que se transforma en la peor vileza cuando los afectados la acusan de traficar con las casas y los terrenos obtenidos del entonces DDF, también defraudo por millones en vivienda, revendió despensas que el DIF entrega a familias pobres.
Padierna construyó su poder, corporativo y clientelar, a la usanza del PRI y a costa de los más pobres, así que vaya ¿Qué maravillas traerá al PRD?
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En el marco de la segunda etapa del Congreso Nacional Indígena, los integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) mencionaron que se preparaban para definir quién, de manera independiente será la mujer que los represente en la elección presidencial de 2018.
Mencionan que a finales de mayo se definirá quien será que participe representando al CNI.
El impacto de estas acciones resulta intrigante, bueno, al menos para mi.
