Las crónicas de un continuo despertar  

6/mayo/2020

 

Arít León Rodríguez

 

Oigan, las cifras muestran una realidad parcial de la que ha sucedido durante la última década. 11 mil 749 niñas y niños de menos de 12 meses y hasta 17 años fueron asesinados en el país. Hemos sabido de casos espeluznantes, como el de la niña de la maleta en CDMX, a la cual nadie reclamó y a la que mujeres de colectivas feministas le dieron sepultura tras estar abandonada por el sistema y la sociedad por muchos meses.

 

La pequeña de calcetas rojas, es otro dolor clavado en el costado. Una niñita a la cual nadie quiso reconocer, ni las mismas autoridades realizaron –ni realizan- lo necesario para dar a conocer su rostro y por ende conocer su identidad.

 

Niña que murió de un modo terrible, y de la misma forma fue hallada.

 

Estamos ante la explosión de la violencia agravada contra mujeres y niñas y es necesario mencionarlo una y otra vez, ya que el trabajo no solo debe quedar en manos de las autoridades, las cuales tienen un encargo titánico porque es literalmente remover el salitre de sus mismos elementos, indolentes ante causas que les son ajenas.

 

Pero, debo mencionarle que es urgente. No podemos olvidar a Angelita, la bebé denominada de ese modo aquí en Chiapas, hallada en medio de un basural, dentro de una morraleta, junto con ropa –como las otras menores- y hasta leche en un biberón. Hasta el día de hoy no hay nada de ella, datos, nombre, identidad.

 

Salvo que fue enterrada en la fosa común.

 

Las muertes registradas durante este periodo indican que cada siete horas y 27 minutos fue privado de la vida un menor.

 

Registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que 8 mil 798 homicidios fueron en contra de hombres, lo que representa 74.88% de los crímenes, mientras que 2 mil 936 son mujeres, lo que equivale a 24.99%. Además, hay 15 casos en los que se desconoce el sexo de la víctima.

 

Las averiguaciones previas o carpetas que iniciaron los ministerios públicos en el país revelan que las mujeres y hombres de entre 15 y 17 años concentran el mayor de número de muertes violentas, ya que 63.80% de los asesinatos fueron contra este grupo de edad.

 

¿Se imagina lo que no está detallado en carpetas de investigación?

 

En cambio, “cada día 10 mujeres mueren, cada 2 horas y media una mujer es asesinada”, recordó la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman, quien expuso que la tendencia se mantiene y por la cuarentena obligada por la pandemia de coronavirus se ha incrementado además la violencia de género.

 

***

 

Una conocida me mencionaba lo difícil que le resulta el tema de la adopción. Los miedos que embarga a su familia cuando se menciona la idea de realizar una adopción y que las cosas no salgan como se esperan, que la familia de ese bebe regrese a quitárselos, la desinformación acerca de como realizar este tipo de procedimientos, las ansiedades, los candados que existen en la actualidad y ante todo, los tiempos y el desconocimiento de las mismas personas interesadas.

 

La situación básica es que, una mujer sola no puede adoptar. Es decir, una mujer soltera no es considerada capaz de adoptar a una niña o niño. Debe estar casada, y casada con un varón.

 

¿No es esto ya bastante retrógrado? Realmente las parejas inestables no dependen de un sexo para serlo, así como las familias homoparentales no son en definitiva, fuente nuclear del caos.

 

Existen en la actualidad, mujeres en plenitud laboral que no desean casarse y desean ser madres por adopción, así de simple.

 

¿Es preferible dejar a cientos de niños en casas hogar a que sean amados por una madre sola y su familia? Sabemos que en las casas hogar niñas y niños sufren. Sufren abandono, desprecios y maltratos que llegan a los umbrales del abuso sexual.

 

¿Entonces?