Las crónicas de un continuo despertar

27/marzo/2020

 

Arít León Rodríguez

 

Me duele la cabeza. Estos días y también un poco todo lo demás.

Es como que sobrecogedor darnos cuenta que existe una sombra que nos sobrepasa, mientras las hijas juegan y hacen deberes, sonriendo por “lo bueno de no tener clases estos días”.

 

Sonrío con un dejo amargo, le soy honesta. Leo entre tanto sensacionalismo los datos duros internacionales, los golpes bajos que están dando entre naciones, los condicionamientos y como las oligarquías económicas comienzan a tejer nuevas redes desde arriba, magulladas pero fuertes, y nosotros somos las mosquillas que servirán de adorno en esas telarañas.

 

No tendremos ni voz ni voto, mon amis.

 

Entre las dudas cotidianas, está el hecho de que tanto sabremos a qué borde estamos hoy.

 

No dudo que exista compromiso por parte de sectores de salud.

 

Las bases trabajadoras, que obviamente dependen de su salario para subsistir, no tiene porqué tener madera de mártires, puesto que es lo que parece que planean exigir, ¿que podemos esperar de personas igualmente aterrorizadas con pocos insumos para atender una situación que desborda en todos los países del mundo?

 

Solo queda ser sensatos, y no como esta horda de gente estúpida que, a sabiendas de la pandemia, decidió viajar a las Europas y regresar envueltos en pánico e insensatez a sus propias decisiones y no hicieron cuarentena en sus hogares hasta saber si eran portadores o no, de las infecciones, y vamos de nuevo a las rumorologías, donde mencionan a médicos atendiendo pacientes al regreso de viajes al extranjero y luego “mandados de vacaciones” ante la duda de COVID.

 

Ojalá sea un rumor, espero sea de ese modo, puesto que, serian muchos casos  derivados de un descuido imperdonable, cruel y egoísta.

 

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Con 33 votos a favor y 12 en contra, los diputados de Veracruz removieron definitivamente del cargo de Fiscal General del Estado a Jorge Winckler Ortiz, quien fue separado temporalmente de sus funciones en septiembre del año pasado. Winckler está prófugo de la justicia, luego de que se giraran órdenes de aprehensión en su contra por los delitos de tortura, desaparición forzada e incomunicación presuntamente cometidos contra un ex escolta del ex fiscal Luis Ángel Bravo y demás.

 

Obviamente, el exfiscal, está desaparecido desde mucho antes, y de él no se sabe ni sus polvos.

 

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Una conocida me mencionaba lo difícil que le resulta el tema de la adopción. Los miedos que embarga a su familia cuando se menciona la idea de realizar una adopción y que las cosas no salgan como se esperan, que la familia de ese bebé regrese a quitárselos, la desinformación acerca de cómo realizar este tipo de procedimientos, las ansiedades, los candados que existen en la actualidad y ante todo, los tiempos y el desconocimiento de las mismas personas interesadas.

 

La situación básica es que, una mujer sola no puede adoptar. Es decir, una mujer soltera no es considerada capaz de adoptar a una niña o niño. Debe estar casada, y casada con un varón.

 

¿No es esto ya bastante retrógrado? Realmente las parejas inestables no dependen de un sexo para serlo, así como las familias homoparentales no son en definitiva, fuente nuclear del caos.

 

Existen en la actualidad, mujeres en plenitud laboral que no desean casarse y desean ser madres por adopción, así de simple.

 

¿Es preferible dejar a cientos de niños en casas hogar a que sean amados por una madre sola y su familia? Sabemos que en las casas hogar niñas y niños sufren. Sufren abandono, desprecios y maltratos que llegan a los umbrales del abuso sexual.

 

¿Se imagina la situación que viven estos días?