Las crónicas de un continuo despertar 

9/enero/2020

 

Arít León Rodríguez

 

Desgraciadamente en Chiapas tenemos un grave problema de desinformación. Uno no nos gusta adentrarnos en lo que nos compete, cuando nos embarcamos en el viaje de atascarnos un préstamo, financiamiento, hipoteca ó aval.

Sucede, con pasmosa frecuencia, que nos hacen literal, de chivo los tamales y al final, no sabemos ni como empezamos ni cómo vamos a terminar, puesto que los recargos, vericuetos, vueltas, sufijos y demás neceseres terminan quintuplicando el monto original por el que nos habíamos embarcado.

Obvio, les convenimos ignorantes y desconocidos de todo, así tenemos menos herramientas con las cuales exigir la restitución ó devolución de nuestro dinero o pedidos.

Un caso muy frecuente es el que se vive con las personas que contratan el servicio de autofinanciamientos. El de coches, vaya.

Me han mencionado directamente que la forma en la que operan no es la más clara con las personas que contratan sus servicios y peor a la hora de que acuerdan “modificaciones” y no checan detalles, no quedan respaldadas y se enfrentan a las consecuencias legales después.

PROFECO no ayuda mucho. Realmente indagando a nivel estatal y nacional, existen muchas denuncias de malos manejos en los contratos de autofinanciamientos y las sanciones posteriores a su realización porque legalmente no están siendo cumplidos, aunque los clientes aducen que se realizaron convenios con los asesores para formas de pagos, modificaciones de entrega y otros varios.

No es difícil entender que la comodidad recae en la empresa: los asesores no son siquiera citados a las audiencias, responden por teléfono, a sus consideraciones.

En serio, es una cosa que hasta pareciera que están bastante de acuerdo entre la Procuraduría del Consumidor y las empresas comerciales.

 

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Como si no fuera ya bastante nefasto el saber de la existencia de este grupo pese a las denuncias contra su creador, el monstruo Maciel, La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda, encontró un vínculo entre Marta Sahagún, esposa del ex presidente Vicente Fox, y los Legionarios de Cristo, pues fue a través de la ex primera dama que esta organización religiosa habría incrementado su poder político y económico en el país, grupo al que inclusive les “donaron” terrenos y dinero para la construcción de una universidad además de que poseen auditorios y bibliotecas en la zona y nada menos que un panteón privado.

Se estima que recibieron más de 80 millones de pesos para construcciones por parte de Martha Sahagún, la cual es fiel miembro de esa comunidad, teniendo en su familia tíos que han sido obispos y sacerdotes de jerarquía entre los Legionarios, así como su padre, que era amigo cercano, cercanísimo, del pederasta Marcial Maciel, su creador.

Así las cosas.