Marisol Chevez Hidalgo
La mayoría de las personas escuchan hablar sobre los Derechos Humanos y muchas veces dan por sentado que éstos son respetados y aplicados en todo el Planeta, por el solo hecho de que algunas de las naciones firmantes, han participado de las Convenciones Internacionales que aluden al tema, a pesar que otras no lo han hecho y menos han ratificado ninguna propuesta o resolución al respecto. Pero aun así, la visión e incluso conclusión a que muchos llegan es que en realidad los derechos humanos se respetan y prácticamente no existen violaciones a éstos, aunque ni siquiera se sepa, de que tratan a profundidad o que tutelan en realidad.
Por ello, no es de extrañar que en la actualidad se presenten tantas violaciones hacia la vida e incluso se mire hacia otro lado, por parte de la mayoría de la gente que más allá de lo que pueda expresar al respecto, o de lo que algunos gobiernos manifiesten en cuanto al tema, no cumplen en la práctica el hecho de que la vida de otros es igual de valiosa que la propia, sin importar sus diferencias culturales, raciales, sociales, económicas y religiosas solo por mencionar algunas.
Siendo de ésta forma, solamente una manera de teorizar la cuestión sin mayor trascendencia o de figurar en las listas de participación de una nación u otra, sin ninguna vinculación verdadera y convicción fraternal, hacia todos aquellos hermanos de la misma raza que no gocen del pleno respeto a su vida e integridad, siendo excluidos de tener los mismos derechos en todo tiempo y lugar.
Ya que desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su resolución 217 A (III), como un ideal común para todos los pueblos y naciones; estableciendo por primera vez, eso que conocemos como derechos humanos fundamentales, los cuales deben de protegerse en el mundo entero.
Y que de acuerdo con su preámbulo que establece la libertad como ese ideal de justicia y paz que debe regirnos a todos, además de tener por base el pleno reconocimiento de la dignidad intrínseca y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana; en el sentido de que el desconocimiento y menosprecio de los mismos han sido los responsables de una serie de actos de barbarie, los cuales han teñido de sangre al mundo durante siglos.
Es que hoy más que nunca, deben de reafirmarse para que todas las naciones se concienticen de cuál es el rumbo que desean que tome la Humanidad, si siguen permitiendo que mueran alrededor del mundo, millones de personas por los nuevos genocidios que están desatando una ola masiva de asesinatos y violaciones y donde gran cantidad de refugiados se desplazan más allá de sus fronteras, huyendo de la deshumanización que hoy padecemos todos; si no logramos poner fin a la locura que embarga a unos cuantos en nombre de las ansias de poder y lucro que ha hecho de la última era, una remembranza del siglo pasado con toda su aniquilación frente a la raza humana.
