Editorial

18/diciembre/2020

 

El asunto que subyace en el tema en la baja de la calidad de vida en el país, es que aparte de la pobreza, desapareció la clase media alta, y creció la pobreza extrema.

 

De esta manera cuatro grupos fueron identificados; ricos, clase media, pobres y pobres extremos.

 

La pobreza existe en las ciudades, pero al menos en éstas hay servicios, pero en la pobreza extrema no, pues se registra generalmente en las zonas marginadas, en dónde esos mexicanos no tienen ni agua en casa.

 

Así que a México se le hizo para abajo parejo, y ahora hay los que intentan intentarla como ciudadanos pero en calidad de iguales.

 

Piso parejo que le llaman, pero para ello, hay que retirar de la pobreza extrema a no pocas regiones en este país.

 

México no creció igual por regiones por décadas y contrariamente se explotó la pobreza con todo cinismo, y los flagelos sociales afloraron, entre ellos el conseguir de a cómo sea el dinero aún la vía fuera el crimen.

 

Se están distrayendo mucho en el crimen organizado que en términos políticos también ya es explotado, deslizando su origen que es la falta de oportunidades: erradiquen la pobreza y el crimen se diluye aún sea lenta y dolorosamente, pues no va a ser fácil extirpar ese “cáncer” luego de décadas de vigencia.

 

Ahí tienen un doble propósito que debemos afrontar como nación.