Editorial

26/agosto/2020

 

El próximo 28 de agosto, llegaremos a seis meses de que se declaró oficialmente el primer caso de Covid-19 en México, y desde ahí dio inicio una pandemia que ha generado mucho dolor y polémica entre los mexicanos, y que pese a ello, aún podemos ver por las calles a personas que parecieran sentirse inmunes al virus.

 

Para muchos los miles de muertos por el Covid-19 deben motivar a una evaluación que debe considerar, además de los números, la historia nacional de 40 años de un grave deterioro de las condiciones de vida para la mayoría de la población, la concentración de la riqueza, desigualdad social y un perfil de malas condiciones de salud, causadas por el consumo de productos ultraprocesados, en lo que coincidió Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

 

Sin embargo, hay que considerar que el virus a su ingreso a México tomó desprevenido al sistema de salud, en principio porque era una enfermedad desconocida, y se carecía del equipo necesario para su atención, y por otro lado, a una población escéptica en torno a la velocidad del contagio, que causó como en todo el mundo, casi la paralización del comercio en todas las ciudades importantes del país, generando más de un millón de desempleados.

 

Hoy las consecuencias son evidentes, con una alta tasa de mortalidad que destaca entre las naciones del mundo, y eso es lo que genera dudas si la estrategia adoptada en el país fue la indicada.

 

Ciertamente, en el rubro de comorbilidad, desde hace quince años la mitad de las 350 mil muertes que se registran cada año promedio en el país, en el sector salud la asocian con la mala nutrición que provoca el desarrollo de diabetes, hipertensión arterial, afecciones cardiovasculares, cáncer e hígado graso, y ésta última es la cuarta causa de mortalidad en México, por el exceso en consumo de alimentos de los llamados chatarra, con altos niveles de azúcar, sal y grasas.

 

Pero ¿generará un cambio de hábitos alimenticios el paso de la pandemia por el país?

 

Difícilmente.