Detrás del Poder

13/abril/2017

 

José Antonio López Sosa

 

Esta ciudad al sur de la península de la Florida resulta muy atractiva no solo para actores, músicos y empresarios, sino también para políticos mexicanos.

El periódico Milenio publicó una lista de celebridades de la clase política (ignoro de qué otro modo llamarles) que tienen propiedades en esta zona de los Estados Unidos. Miguel Ángel Yunes, Javier Duarte, Angélica Rivera, los hijos de Carlos Romero Deschamps y de Andrés Granier y, por supuesto, la recién expuesta Alejandra Barrales Magdaleno, actual lideresa nacional del Partido de la Revolución Democrática.

Vivimos en el mundo al revés, ahora la indignada es Barrales Magdaleno pues argumenta que la información fue emitida con dolo y sin precisión.

En otro orden de ideas, los indignados no somos los ciudadanos al ver que una ciudadana que trabajó como sobrecargo (y fue líder sindical del gremio, cuando Aeroméxico durante un tiempo formó parte de la controladora SINTRA, propiedad del gobierno), como legisladora, secretaria de Turismo y de Educación capitalina, logró aquilatar dinero para tener una propiedad en Miami, sin que aún queden claros los orígenes de dichos recursos.

Cada persona, cada político, tiene derecho a invertir su dinero en lo que le dé la gana, lo importante es hacer un ejercicio de transparencia ante la terrible historia de corrupción en el país.

Barrales asegura que sí estaba en su declaración “tres de tres”, pero no estaba el departamento como tal, sino una empresa a su nombre, misma que posee el departamento, o sea, no estaba con claridad que se trataba de un inmueble en la Florida.

De esa explicación se tomó Alejandra Barrales, pero no explica con pesos y centavos, de dónde salió ese dinero y cómo concuerda con sus ingresos desde hace años.

La misma vida ostentosa de Alejandra Barrales le ha rodeado de amistades que se han encargado de ventilar sus asuntos privados que presumiblemente paga con dineros públicos, o por lo menos con dinero que no corresponde con sus ingresos.

Antes del nacimiento de su hija, fueron decenas de viajes a Nueva York y a los Estados Unidos para tomar tratamientos de fertilidad, mismos que son inaccesibles para un salario de un servidor público, sobre todo en la clínica donde se realizó el tratamiento.

Sus excéntricas fiestas de cumpleaños en el Hotel Marquis Reforma, entre otros sucesos que corresponden a un estilo de vida muy alejado de su salario promedio. Colaboradoras a las que les ofrece trabajar en su fundación pagándoles importantes sumas de dinero, bajo la promesa de llegar a una curul en algún momento, en fin, cosas que la propia Barrales debe aclarar.

Información tenemos y mucha, veremos hasta dónde se defiende la presidenta nacional del PRD y hasta dónde habla con la verdad con relación a sus finanzas.