Tubo de ensayo

27/agosto/2019

René Delios

 

¿Y entonces de quien es la responsabilidad de que se siga encareciendo la vida en México?

Los reguladores, es decir los que cobran por regular la “navegación” económica dentro del país están en el gobierno. Ya pasaron por ahí también los panistas y no la resolvieron: los priistas entregaron un gobierno quebrado y un pueblo aún más pobre en 2018 y éste así se la dio a Morena: quebrados y pobres.

Pero ya en poder la supuesta cuarta transformación tiene que responder.

Una izquierda morenista -se dice- que insisto no va contra el neoliberalismo al cien, pues se practica hacia el exterior aun el gobierno federal diga que de su parte ya no, y que es la boyante en el mundo. Esto es que, una cosa es lo que se practica allá afuera y otra el cómo se ha interpretado la aplicación del recurso acá dentro y que hace pensar la más de las veces que, ese sistema financiero mundial es el culpable de la pobreza en el país.

Eso no es cierto, y sí que se ha practicado la corrupción y la mala distribución de la riqueza y los beneficios por parte de infames mexicanos que han traicionado a su país, y a sus compatriotas, y que desde luego comprende a todos los que en algún momento hemos usado el tráfico de influencias, la corrupción política, el chantaje y la extorsión laboral, y ya ni se diga el saqueo del dinero público y su uso discrecional a título personal.

¡O no!

Queda claro que la solución no es de nombres, es de alianzas, negociaciones, coberturas mundiales que ahora llaman tratados económicos, inhumanos, ciertamente, pues no contemplan cuestiones internas sino globales, y lo de adentro ya es cosa de cada gobierno con su gente, como lo hace Trump y su proteccionismo económico, y eso que en su país nació el monetarismo que, como la anarquía –como siempre pasa con los abusivos- se pone en contra hasta de sus creadores: los EU.

Pero el aldeanismo quiere que en esas firmas como el nuevo T-MEC –al que no se opuso AMLO- se incluyan las cosas aldeanas cuando EU, puede comprar donde sea. De ahí que con que los aranceles engorrosos del vecino del norte nos apliquen ese como chantaje colateral.

Ahí están las condiciones para los migrantes: no pasan, México ahora los para.

Superando corrupciones, lo cierto es que están muy mal los proyectos, los programas.

Tenemos como ejemplo en los proyectos de desarrollo de las entidades ¡sin consultar a los que prestan esos servicios en las entidades! por la duda de que son corruptos.

¿Por qué?

Los suponen corruptos de facto?

Cierto es también que esos prestadores de bienes y servicios cobraban muy caro lo pésimo que le daban a los beneficiados y el testimonio lo tenemos en la agricultura, ganadería, el turismo cuya calidad es de bajo rendimiento.

Neta: como eso, diseñan proyectos y programas de gobierno sin contemplar a los beneficiados o sector empresarial del rubro, por eso están mal de origen.

La suficiencia.

Por eso lo interno es acá entre nosotros, abajo; lo de afuera es otro asunto; ya que las consultas dejaron de utilizarse, y por lo tanto de ser la vía de saber qué piensa el pueblo de esos proyectos, pues tenemos decisiones unilaterales que chocan con las institucionales.

Luego no se podrá corregir lo dicho: el aeropuerto de Texcoco -por ejemplo- era necesario y que eso de que “sí, pero sin lujos”, me parece otra maniata igual las  demandas que tiene el de Santa Lucía.

Ambos proyectos son para la gente con varo, no para los jodidos; es para la gente del mundo que va a traer divisas y si los van a tratar mal, pues se van a empezar a ir a otro lado.

Sigan con complejidades, como esa de la reforma energética: ¿Creen que México es el único lugar con petróleo?

Leo a AMLO que va a mejorar refinerías, va a construir otra y eso no significa otra cosa que no se le va a cambiar ni una letra a la reforma energética.

Los inversionistas que están se mantienen como van, así como lo diseñó el gobierno de Peña, pues eso es para la inversión externa, no la interna, que sí es directamente nuestro problema, y al que la nueva administración le tiene que dar respuesta pues, allá afuera la confianza en México y en su marco jurídico, está asegurada con esas reformas, diga lo que diga el nuevo gobierno.

Si no les conviene pues no viene y ya.

No va a pasar nada a la cubana o a la venezolana -como dicen los reaccionarios-, por lo que también ya hay que bajarle con esa cantaleta de los antiamlo, que ven todo mal, pues no está errado con eso de que los pobres de México deben dejar de serlo.

Una cosa es el crecimiento económico –solo para los del varo- y otro el social, que sigue paupérrimo.

Casi el diez por ciento de los mexicanos están en extrema pobreza.

No se vale.