Tubo de ensayo

23/agosto/2019

 

René Delios

 

Tenemos una nación con más pobres que los calculados, con una crisis que ni sube ni baja, por lo que no es práctico confrontarse con las prácticas de la económica en el mundo, aún a su modo -con su populismo económico- el mandatario mexicano diga que acá dentro nada más no: que el neoliberalismo ha muerto.

 

Allá afuera, en donde predomina y se expande la globalización económica, incluso en Cuba o China, y ni se diga ya en Rusia, su política económica debe cuadrar con ellos, si quiere vender, si quiere que vengan a invertir: ¿qué tiene México de producción que no puedan conseguir las naciones pudientes en otras emergentes como nuestro país?

 

Contrario a los tecnócratas primero y a los científicos después que le apostaron a los mercados, la administración de López Obrador busca la autosuficiencia alimenticia y energética, pues tenemos tierra y agua, gas y petróleo, mares y aire con qué lograrlo, aun no le apueste del todo a los inversionistas extranjeros.

 

El gobierno federal tiene la idea –no el dinero- de la inversión del Estado en Pemex y CFE a corto plazo, ya cuando existen inversionistas importantes de España, Canadá y Dinamarca en ese rubro, en especial el eléctrico, tanto en generación hidráulica -Tuxpan-Papantla-, como eólica en el Istmo de Tehuantepec, y que va a ser parte importante del cinturón transístmico en el que participan ya, inversionistas mexicanos.

 

Cada nación se implica en el neoliberalismo hasta dónde quiere o se lo permiten en su caso; dentro de sus fronteras aplica las políticas económicas de acuerdo a sus leyes, pero en éste nuestro país se robaron el dinero, aparte de que la corrupción que se permitió en no pocos países de parte de sus funcionarios de los gobiernos –incluyendo, por supuesto, el nuestro-, el supuesto desarrollo fue de la mano con el saqueo de los contratos leoninos, en una corrupción voraz no solo en el país, sino en varias naciones en el mundo, y con la sorpresa de que China o Rusia la aplican igual que los occidentales neoliberales imponiendo sus intereses “neoliberales” en las naciones dónde invierten.

 

Tenemos claro que Cuba y otras naciones con ahora de economía mixta, se aplican afuera aun dentro adopten otras posturas administrativas y sociales, sean socialistas, populistas, nacionalistas.

 

La globalización es irreversible, en todo sentido, y pues en vez de confrontarla hay que corregir la adquisición del beneficio, y no hay otra que la transparencia.

 

Sí, es complicado que en lo breve el dinero deje de ser lo prioritario en los inversionistas incluso locales: para ellos ni la vida, ni la naturaleza ¡ni el planeta! parece ahora ser importante, aun lo estúpido que resulte aceptar que hay muertes, devastación, calentamiento global a riesgo de un cambio climático letal, por ganar dinero.

 

Los planteamientos son muchos, y dentro de éste país se dice que el neoliberalismo fue desastroso, cuando la verdad lo fueron los funcionarios corruptos que se prestaron a sacar provecho de los contratos del Estado, creando empresas fantasmas, asociándose con fiduciarias de los inversionistas mayores, abusos y abusos por décadas que, como ya vemos, casi truenan a Pemex y la CFE.