Tubo de ensayo

1/junio/2019

 

René Delios

 

Muy aparte del nuevo color que le dio Donald Trump a asunto migratorio, revolviéndolo con el aspecto económico, a días de que se analizaría lo del T-MEC por parte del senado de EU, pues aparece el que, en ésta parte del país y en concreto en Chiapas, no son pocos los que se preguntan ¿A cuenta de qué arriesgar tanto?

 

El punto es que no es Trump el que decide por México, y el otro el que, en el mundo están pendientes a ver si se doblega López Obrador.

 

Es una jugada sucia, mezquina diría.

 

Pero acostumbrado a esos mecanismos de hacer uso abusivo de su poder como mandatario del país vecino, pues pasa por sobre todo en “aras de defender la frontera sur” de su país.

 

Para un buen porcentaje de estadunidenses, su presidente actúa bien; protege la soberanía al venderles la idea de que los migrantes son responsables de los altos índices delictivos registrados, cuando la verdad son parte de índices menores que se relacionan con asaltos y no con el crimen organizado que en esa nación tiene un volumen de ingreso tres veces al que le adjudican a los carteles y demás organizaciones en México.

 

Esas hordas criminales operan por todo el mundo, incluyendo el tráfico de armas de alto calibre e incluso misiles.

 

Eso es cosa sabida.

 

Pero Trump parece ignorar ese mercado negro que en su país ha tenido boga desde años ha.

 

El cobro de un cinco por ciento de aranceles a todos los productos mexicanos, y que se irán incrementando mes a mes hasta llegar al 25 por ciento en agosto, desde luego no es una jugada fácil, es una estrategia de presión para que México refuerce o de plano blinde su frontera sur al paso migratorio, que huelga decirlo, comprende el paso de delincuentes incluso armados, en algo que es sabido por los que han padecido el incremento delictivo en algunas regiones al paso de las caravanas.

 

Pero no es un índice desfasado; no debería padecerse, desde luego, pues finalmente están en una nación ajena a la suya y deberían respetar las leyes migratorias y aceptar las condiciones para darles paso.

 

Pero por algo se alebrestan, se fugan de las garitas, prefieren el paso clandestino a riesgo de sus vidas.

 

Por eso lado hay los que les dan la razón al presidente de EU: ¿Por qué en aras de los derechos de los migrantes, se va a correr el riesgo de que ingresen delincuentes a su país?

 

Delincuentes buscados en sus naciones, que no es poco decir.

 

Lo que sí es cierto es que los aranceles obligan a incrementar el costo del producto ya en el país receptor, es decir, que todos los productos mexicanos van a subir de precio en EU, pues los tratos y contratos se tienen que cumplir, aun la medida del mandatario.

 

El consumidor de ese país decidirá, y posiblemente bajen las ventas, reduzca las importaciones, complique la economía nacional, genere despidos, en fin, lo que causan estas medidas arbitrarias de la guerra comercial.

 

La pregunta es sí México, le aplicará lo mismo a los productos de Estados Unidos, esto de acuerdo a lo dicho por Jesús Seade, el sub secretario para América del Norte de la cancillería mexicana.

 

Empieza otra pieza con tinte incluso electorero, digo, en favor del Trump, pues está a poco más de la mitad de su mandato, y es éste –el tercero- el clave para consolidarse en busca de una reelección, aún a sus casi 74 años.

 

La otra es ver el cómo van a responder los sectores económicos del país, la gran mayoría no muy contentos por la merma de sus ingresos luego de las políticas de austeridad y transparencia aplicadas por el actual mandatario mexicano.

 

Y es que el dinero se impone desde la aplicación del neoliberalismo, al humanismo y al nacionalismo.