Las crónicas de un continuo despertar

4/diciembre/2019

 

Arít León Rodríguez

 

Se los dije, la inversión en este año ha sido mala, y la proyección económica para el próximo no ayuda. Se vino para abajo la confianza empresarial en el país.

La caída más pronunciada se presentó en el sector comercio, los empresarios recortaron 2.7 puntos su confianza en comparación con noviembre del año pasado. En el sector construcción y manufactura la confianza empresarial cayó 1.9 y 1.5 puntos respectivamente.

Pueees, una confianza empresarial sana es síntoma de un mejor entorno económico que motiva de forma sostenida el aumento de la inversión.

No es bueno entonces lo que vemos a nivel nacional.

Inclusive los empresarios constructores se muestran poco optimistas respecto de la situación económica actual, tanto de sus empresas como de la economía en general.

El rubro más castigado, al igual que en el comercio y la manufactura, es el de las inversiones. La confianza en que exista un momento adecuado para invertir, al menos durante los próximos 12 meses, cayó 5.5 puntos en relación anual.

Pocos, muy pocos creen que México sea estable para inversión, y créame, el dictamen buscado por Trump acerca del terrorismo, no es para nada benéfico a este entorno además de que, es curiosamente maquiavélico, tras haber pausado la presión del muro.

 

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Ya estamos en fechas decembrinas y, para quienes reciben aguinaldos o simplemente hacen manejos de cantidades fuertes en los bancos, son días  en los que debemos tener mucha más precaución acerca de nuestra forma de manejar los plásticos e información confidencial.

En los últimos días, la Secretaría de Seguridad Pública, a través de la Ciber policía, detectó una modalidad de fraude en la cual los delincuentes cambian las contraseñas de banca móvil para hacer compras o transferencias sin que las víctimas lo detecten con oportunidad.

Es simple: Nos hablan por teléfono -a las víctimas- y en el identificador de llamadas puede aparecer el nombre de un banco en lugar de un número telefónico y les informan que se intentó hacer un cargo a su cuenta.

Sin dejarlos interrumpir la llamada, los ciberdelincuentes preguntan si quieren cancelar el cargo que se intenta realizar, cuando la víctima accede les solicitan información que permite a los delincuentes conocer el nombre de usuario de la cuenta bancaria por internet. Una vez que obtienen esa información, ingresan a la cuenta y solicitan una recuperación de la contraseña que se enviará al teléfono de la víctima. Durante la llamada, los ciberdelincuentes le dicen al usuario que han enviado un código de seguridad que debe proporcionar para cancelar el cargo y al entregarlo de inmediato acceden a la cuenta para transferir los fondos.

Es decir, nos hacen decirles toda la información que necesitan y nos desfalcan inmediatamente.

Tenga precaución, y jamás otorgue sus datos a nadie por teléfono.