Las crónicas de un continuo despertar

2/octubre/2019

 

Arít León Rodríguez

 

Cuando transitamos por las calles de la ciudad podemos sorprendernos. Las lluvias ocultan por mucho lo deterioradas que puedan estar las calles y los cráteres que yacen bajo la superficie del agua.

Es como ir de excursión por la jungla de asfalto, y no sabes si ir despacio o salir lo más rápido de ahí si ya ha anochecido.

Justamente venía pensando en eso en días pasados cuando a una amiga se le rompió la llanta de su camioneta, una a mi parecer invulnerable –por lo grande que es- al pasar por un hoyo en el asfalto que para variar, tenia piedras y un sin fin de cosas más al fondo.

Iba sola, con 5 meses de gestación y una niña de 5 años, a las 21 horas de la noche, en sábado y quedo en un punto muerto de la ciudad.

Una calle semi oscura, de paso limitado que pues afortunadamente tenía una leve iluminación metros atrás y permitió realizar la maniobra de cambiar la llanta en cuestión de minutos gracias al auxilio de quienes respondimos a su llamado.

Recuerdo cuando hace años, la gente se ofendía por algunas, en serio, algunas calles rotas. Iniciaban inclusive denuncias contra el ayuntamiento, por los tiempos de Vicky Rincón, exigiendo el pago de los desajustes en los vehículos por los baches.

Pues, como que normalizamos las cosas con el tiempo ¿cierto? Hoy ya nadie se espanta de ver calles rotas, drenajes expuestos y lámparas sin funcionar. Nos genera molestia evidentemente, pero, nos han tenido tan mal atendidos como ciudadanía que es un día más en la salita del averno que es el andar por Tuxtla la triste.

Pareciera que en muchos lugares de la ciudad, la vida se ha detenido y que el jolgorio, el color, la chispa, se fue a otro lugar, desplazándose sin vernos.

Ahora, nosotros mismos también somos causal de nuestra desgracia: rompiendo y menoscabando lo que hay, solo porque si.

Da tristeza observar lo que se ve.

 

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En el Banco de México redujeron su estimación de crecimiento para este año y el siguiente.

Auguran un muy pesaroso pronóstico de 0.50 a 0.43 por ciento. Para 2020, la estimación pasó de 1.39 a 1.35 por ciento.

No mejoramos ni tantito. El país no es llamativo para la inversión -ni nuestro estado que está dentro de lo menos auguroso de todo lo preocupante que vemos aquí- así que viene la baja.

La recomendación: ahorre, lo que no sea necesario tendrá que depurarse.

 

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Fíjese que con la aprobación de la legalización del aborto en Oaxaca ya vinieron las primeras burlas del sistema.

Mas allá de los juicios personales, es un derecho adquirido por quienes decidan ocuparlo, y a la primer usuaria legal de este derecho le dieron cita para dentro de 10 meses.

La burla absoluta en este país donde los verdaderos criminales se ríen de nosotros