Editorial

17/julio/2020

 

Los bandos políticos en el país están polarizados y por lo mismo no garantizan una contienda democrática de calidad, pues desde ahora ya se observa la guerra sucia, en que acusaciones y desmentidos, son la constante , y que no denota para nada que se estén estableciendo vías que conlleven a un posible diálogo.

 

Por el contrario, el señalamiento como reflejo de que la contraparte al gobierno decidió ya no buscar vías negociadoras es evidente, y desde la posición reaccionaria de Frenaa pasó a la intelectual en desplegado en que algunos destacados pensadores de México, cuestionan el cómo en la toma de decisiones y la aplicación de los programas claves para el crecimiento social del país.

 

Desde luego que la democracia no solo se sustenta en que el proceso electoral sea limpio, transparente y creíble, sino en quienes son los que buscan la representación popular, en la idea de que no solo se trata de invertir en la democracia, sino también en que ésta tenga rendimiento, calidad y desde luego, eso se manifiesta a través de quienes la ejercen y sobre todo en los legislativos federales, en donde la presencia de diversas expresiones garantiza la pluralidad, y dentro de ésta la paridad, y a la vez el equilibrio político y la diversidad social y sexual.

 

Complejo y no, por costumbres en una y por libertades en otra, los legislativos deben modernizar con mucho su responsabilidad social y la óptica de la obligación política de los gobiernos.

 

No tiene sentido a perjuicio de un país, que desde un legislativo opositor se mantenga la contra por la contra, en la idea de que bloquear las buenas ideas o programas de un gobierno es hacer política. Desde luego que no lo es y tampoco lo es hacer patria.

 

Pero para cuando se está en la oposición se pierde la brújula, se busca destacar de entre todos, aun con absurdas y testarudas posturas con las panistas, que tratando de minimizar el caso Emilio Lozoya Austín que llega de España a rendir declaraciones sobre Pemex -caso en el que están hasta las manitas no pocos legisladores federales-, al solicitar despedir al subsecretario de salud Hugo López-Gatell y hasta llevarlo a juicio, por la mala estrategia aplicada para mitigar la pandemia, cuándo con mucho y bastante, nuestra propia gente no toma en cuenta las sugerencias de confinamiento y protocolos de protección.

 

Es solo una muestra de la poca cultura democrática que se ve desde ahora, y que se pondrá peor en la medida en que se acerquen las fechas electorales.