Editorial

16/enero/2020

 

No es nuevo que los municipios si bien son libres y soberanos –células de la federación- los más están en quiebra o no son autosuficientes, pues carecen de programas y proyectos de financiamiento que les permitan mínimo su gasto corriente.

En el país hay dos mil 500 municipios, gobiernos pequeños que en conjunto conforman un territorio estatal que más que la verdad, no rinden beneficios a sus habitantes sino hay participación federal o estatal, y que de plano fueron olvidados por gobiernos durante sexenios.

Según el presidente Andrés Manuel López Obrador se iniciará un proceso de reconstrucción en los municipios porque “parte de la crisis del fracaso neoliberal es la insolvencia, la falta de presupuesto de los gobiernos municipales y estatales”.

En los dos mil 500 municipios de México hay carencias, necesidades, algunos están en la absoluta pobreza, y no pocos tienen comunidades en dónde la situación es verdaderamente paupérrima.

¿Pero cómo será ese proceso de reconstrucción?

Los municipios están en el abandono, sin servicios básicos en un 30 por ciento de ellos, mientras sus alcaldes, por trienios, se dieron vida, se enriquecieron, y hasta se hicieron los occisos a la hora de las cuentas y casos sobre eso ha habido en Chiapas, y es la fecha en que se denunció que faltaban algunos por rendir cuenta pública 2019.

Municipios endeudados, sin recursos para la nómina es la constante, como la inconformidad con los alcaldes que prometieron de más y no tienen con qué cumplir ni para tapar los baches.

Será interesante qué propondrá la 4T para remediar esa situación.