Editorial

30/noviembre/2015

Esta medio raro que en el PRI no se van a postular herederos ni designados para sustituir a los gobernadores de su partido en 2016.

Pero quien no ha escuchado en este país el refrán ese de “sabe más el diablo por viejo que por diablo”.

No es precisamente Beltrones el diablo, pero si un hombre que superará los 60 años en 2018, y aunque eso no será impedimento –pues AMLO también ya está por esos rumbos-, lo cierto es que como dijo Jesús Reyes Heroles, cuando era presidente del PRI: “primero es el programa y después es el hombre”.

Desde luego que ni él ni nadie ha podido imponer esa idea, pues en el PRI se hace lo que el presidente dice, y ya.

Lo mismo se intenta en las entidades del país, y lo hemos visto en ésta y otras entidades en dónde los gobernantes han tratado –aun no logre que gane- de siempre dejar a sus herederos o designados.

Las ha habido como en Veracruz, en dónde esa designación es descarada, y luego el ya gobernante, en éste caso Javier Duarte de Ochoa, tiene que sacudirse a su tutor, porque es tremendamente impopular o porque se mete demasiado en su gobierno.

Pues bueno, dice Beltrones que con eso del Programa por el Estado que Queremos que presentó la víspera, se desactiva desde ya a los gobernadores que pretenden dejar heredero en el cargo, además de que anuló la contienda de guerra interna entre aspirantes priistas a ser candidatos en los 12 estados donde habrá elección a gobernador, y que se observa ya incluso en las propias cámara de diputados y senadores.

La fórmula es simple: Beltrones anunció que en cada una de las 12 entidades con cambio de mandatario estatal deberá haber primero programa de gobierno y después candidato, no al revés.

O sea, un plan de gobierno antes de ser candidato es inusual; es muy poco probable que un diputado o senador obtenga la información necesaria sobre la situación de la entidad de que se trate, sino le dan la información desde el palacio de gobierno mismo -al menos que provenga del gabinete mismo-, y la cosa se complica en dónde el PRI no es gobierno.

Sin esa información precisa, la verdad la presentación de ese programa de gobierno será completamente subjetivo.

Entonces nos regresamos a la cosa esa de más sabe el diablo por viejo que por diablo: Beltrones es más diablo.