Las crónicas de un continuo despertar

9/octubre/2015

Arít León Rodríguez

La conducta temeraria tal vez sea eficiente si usted trabaja conectando cables a treinta metros.

Tal vez si alimenta lagartos y los libera en el Cañón del Sumidero ó se dedica a notificar las multas a las personas que pagan impuestos por vender en sus tendejones en la ciudad.

Se necesita valor para enfrentar esos humores, sin duda.

Si usted no es paramédico, internista, ó conductor de una ambulancia, esta actitud está por demás sobrada y es inútil.

Esperamos desde hace mucho, mucho tiempo que quienes manejan agresivamente y con conductas temerarias sean por ley, sancionados sin peros y si es una falta extrema, se les prohíba conducir.

No es exageración, son delincuentes consumados y homicidas en potencia, hace un rato estuve a punto de ver la muerte de una mujer embarazada y un niño de unos ocho años.

Puesto que el conductor del colectivo en el que se recién subían no esperó a que este par de seres humanos se sentaran y estuvieran seguros antes de arrancar a alta velocidad, y como ve, casi salen disparados por la puerta del colectivo.

Siempre, bueno, casi siempre, los colectivos son la pesadilla de la ciudad, a su vez que los taxistas, quienes irrespetan nuestros espacios sin ningún tipo de respeto, y aunque está prohibido, cargan gasolina en cuanto se les ocurre, rebasan y agreden, no ostentan identificaciones visibles -o de plano ni las tienen- y manejan unidades que por dentro están llenas de aristas y filos peligrosos.

¿De qué se trata? Las ganancias no creo que no sean suficientes, lo serían más si los dueños de las concesiones fueran quienes las trabajaran, y así los choferes no estarían corriendo para “sacar” la cuenta y ganar el extra para sobrevivir.

La Secretaría de Tránsito y Seguridad Pública Municipal tiene trabajo que hacer, y claro, no todo es contubernio y descuido.

Hay buenos elementos dentro de esa institución, además de que la experiencia que el comandante C. Octavio Lozoya Uribe tiene, debe ser más que suficiente.

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Si usted, a la vez que yo, tuvo la oportunidad de ver nacer el uso y concepto de internet como herramienta de actividades que otrora nos parecían exclusivas del ser humano va a entender lo complicado que puede ser para algunos el concepto de realizar y mover sus vidas al cien por ciento a través de esta poderosa y peligrosa herramienta.

Muchas de las personas postgeneracionales que ya están activas económicamente, ven con total confianza los movimientos en internet. Crecieron con ellos, y casi, casi fueron concebidos ahí.

Las compras y consultas online, son un mercado de queja miles de millones de dólares al año en ventas en todo el mundo y aunque México no es un país que está cien por ciento entregado a este tipo de negocios, va encaminándose a esta globalización.

El problema es que, con la idoneidad con la que nos hallamos la venta de unos tenis chinos ó fabricados en Indonesia, páginas web aprovechan las redes sociales para vender ilegalmente medicamentos para bajar de peso, contra la disfunción eréctil, la diabetes, la hipertensión y para tratar enfermedades crónico-degenerativas; a efecto que la Cofepris advirtió de la ilegalidad de esa práctica y los riesgos de su consumo, puesto que muchas tiendas y farmacias virtuales, venden productos que no son los medicamentos señalados, y en casos peligrosos, contienen sustancias tan nocivas como el cemento.

Especialmente los medicamentos que están destinados a contrarrestar enfermedades como el cáncer son los que son suplantados por otras sustancias tóxicas.

Así que mejor sabido que por saber (mal) y compre en establecimientos físicos y respaldados por la Secretaría de Salud, si no le funcionó antes lo natural, ya sabe, mucho químico a la larga es más dañino, con eso de que este año subirán las medicinas hasta un 6%

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Estamos de plácemes. Según el Cenatra -Centro Nacional de Transplantes- aumentamos la donación de órganos y tejido en un 12% en el país.

Vamos poco a poco, librándonos de muchos tabús y fanatismos. La donación es necesaria y un verdadero acto de amor y fé.

¿Usted ya está integrándose a esta causa?