Las crónicas de un continuo despertar

5/octubre/2015

Arít León Rodríguez

Casi desde el inicio de los tiempos hemos encontrado la polémica del derecho de que las mujeres decidan sobre su cuerpo especialmente en lo referente al aborto y su despenalización.

Durante muchos años en el Distrito Federal y la mayoría de los Estados de la República se contemplaban como únicas excluyentes de responsabilidad sobre este tipo penal: el embarazo haya sido producto de una violación -y vea, que es un viacrucis el comprobar dicho acto en este país, no sin atravesar por un sin fin de cuestionarios y hasta hostigamientos- y que el embarazo pudiera poner en peligro la vida de la madre, casi casi de muerte, o por malformaciones del feto.

Sin embargo, en el Distrito Federal, se consideraron también los derechos de la mujer y en particular su derecho de libre decisión respecto a lo que acontecía en su propio cuerpo y las consecuencias en su vida futura, así como la necesaria participación que tenemos en el plano laboral y económico, y dicha presión generó que se creara un análisis del tema, que fue materia de diversos foros de discusión multidisciplinaria, intentando varias veces llevar un proyecto de iniciativa de reformas tendientes a despenalizar el aborto ante la Asamblea del Distrito Federal, siendo esto posible plenamente hasta 2007, y consolidándose por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el 2008.

Cuando una mujer vive un aborto, muchas manos se levantan, pero cuando un hombre aborta a su hijo y a su pareja con ése producto, no les persiguen ni encarcelan por abandonarles.

Es notorio que muchas mujeres que deciden detener un embarazo son acusadas de asesinato pero los que lo generan con su desinterés y abandono siguen plenos en las calles, embarazando a otras mujeres, sin responder por sus actos.

Ese aborto es mas criminal que cualquier otro, y se invisibiliza porque en las mentes estrechas, las mujeres son las que deben hasta el fin de sus días, ser responsables de un acto que involucra a dos, cuando es de común acuerdo.

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Refiriéndonos a abortos, lo que hizo Blanca Aroli González García, presidenta electa de las Rosas -ahora ex presidenta- raya en lo que le mencionaba anteriormente.

Aceptar un cargo público para dimitir y entregarle el espacio a tu esposo sin razones médicas, salvo la falta de civismo, ética y un exceso de servilismo.

El teatro de las Juanitas es la burla completa al sistema.

Lo peor de todo es que sigue pasando porque se permite, obviamente.

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El PRD a través de Luis Humberto Hernández Fuentes , solicitó que las ternas para la SCJN estén conformadas por mujeres.

De los 11 magistrados de que conforman dichas Salas, solo 2 son mujeres y una -que es la presidenta, Olga Sánchez Cordero- ya está por terminar su ciclo.

Buscando la equidad de genero, a modo de que las mujeres sean representadas y consideradas conforme a la ley.

Espero que si llegara a suceder, no sean motivos de vergüenza y sorna como nuestras poco comprometidas políticas.

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El 3 de octubre, Dalais Aurora Pérez Becerra de 12 años, desapareció en Ocozocoautla, quien al encontrarse en un restaurante en compañía de sus padres decidió ir al sanitario, siendo este instante cuando la vieron por última vez y hasta el momento se desconoce de su paradero, por lo que se teme por su integridad. Como seña particular, tiene un lunar en el pómulo derecho. Cualquier información que ayude a localizar por favor llame al 018002202011.