El Banco de México (Banxico) cumple hoy 90 años de preservar el valor de la moneda nacional y contribuir así al bienestar económico de los mexicanos. 
Fue el 1 de septiembre de 1925 cuando el Banxico abrió sus puertas por primera vez. Antes de su creación México atravesó por un sistema de pluralidad bancaria, lo que se agravó por el conflicto revolucionario de 1910, al que sobrevino la desconfianza en el papel moneda y la destrucción del sistema monetario vigente ese momento.
En 1822, durante el imperio de Agustín de Iturbide se presentó, sin éxito, un proyecto para crear una institución con la facultad de emitir billetes, que se denominaría “Gran Banco del Imperio Mexicano”.
Por la misma época, pero en Europa, los bancos centrales comenzaron a surgir en la medida en que algún banco comercial adquiría funciones que, en un contexto moderno, corresponden en exclusiva a los institutos centrales.
Posteriormente, con la destrucción del sistema bancario porfirista durante la Revolución, la polémica ya no se centraba en la conveniencia del monopolio o la libre emisión de moneda, sino en las características que el Banco Único de Emisión debería tener.
Así, la disyuntiva consistía en el establecimiento de un banco privado o un banco bajo control gubernamental. En ese contexto, los constituyentes reunidos en Querétaro optaron por la segunda fórmula.
Así, el Banxico se inauguró en un acto solemne presidido por el entonces primer mandatario, Plutarco Elías Calles.
El instituto central se convirtió en el nuevo órgano agente, asesor financiero y banquero del gobierno federal, aunque se dejó en libertad a los bancos comerciales para asociarse o no con el banco central.
El Banxico actualmente además de brindar confianza en las monedas y billetes ofrece el desarrollo de sistemas modernos de pago electrónicos, acciones para regular el cobro de comisiones por los bancos, servicios informativos vinculados con la transparencia y la regulación de la competitividad del peso en el contexto internacional.
