Bitácora

3/agosto/2015

Cipriano Hernanz

– Las elecciones no se ganan con marchas, sino con votos

– La Bruja va querer su exorcismo

– Nunca faltan los oportunistas

Ya hasta el tema empieza a fastidiar a los ciudadanos, eso de marchas, plantones y hasta “huelgas de hambre” como mecanismo de presión para torcer la voluntad de las mayorías debería quedarse en el pasado. A ver, el suelo está muy parejo y no es necesario tanto espectáculo.

La gente votó, le dio su voto mayoritario a Fernando Castellanos Cal y Mayor y ahora el tribunal electoral será el que ratifique o de entrada a la “demanda” de sus adversarios. Aunque dicho sea de paso, jurídicamente está muy endeble la acusación, porque se trata de dichos y no de constancias claras. En otras palabras, los que salieron perdedores han buscado justificar su derrota diciendo que les hicieron fraude, cuando en realidad no les alcanzó para ganar por sí mismos en las urnas.

Y ahora no falta el oportunista, como Zoé Robledo, quien de no ser Senador sería cirquero. Es ridículo que a tres años alce la mano y diga abiertamente “empecemos ya”. Carajo, quién se cree o bajo qué argumentos quiere ser gobernador de Chiapas.

Tal vez Zoecito, el Senador Clearasil, se confundió cuando escuchó que querían que su papá regresara a Chiapas… ese es el clamor popular, pero que regrese todo lo que se chingó. Más de 5 mil millones que sacó antes de largarse de la entidad y dejarla hundida en una crisis brutal de ingobernabilidad.

¿Bajo qué argumentos se cree de izquierda el Clearasil?, digo, si los zapatistas se alzaron fue para sacar a la clase política nefasta que había hecho de Chiapas su gran negocio, empezando por el de bigote ancho. Que lastima que el movimiento que pretendió ser ciudadano se convirtió en una plataforma para calientes… ¿no creen que falta mucho todavía como para andar pensando en algo que es muy lejano?.

Por último, nunca faltan los oportunistas que han buscado sacar raja del escenario post electoral en Chiapas. En Tapachula siguen operando con todo contra el Toro. Vaya usted a saber bajo qué lógica… pero creo que son las ganas de molestar.