Tubo de ensayo

29/julio/2015

 René delios

Los seguidores de Paco Rojas insisten en que “el pueblo ya no es el mismo” y los números los desmienten.

La movilización que realizan en Tuxtla es sin precedentes, ciertamente, pero se da porque hay respeto a la libre manifestación de las ideas, y neta que es la fecha en que no se han dado actos de represión para con los que piensan diferente, de parte del que han dado en llamar gobierno adolecente, como si no fuera ejemplo de madurez que no por algo Chiapas sigue dentro del marco institucional, del estado de derecho y con sus bajos índices delictivos que ya es mucho decir, para una entidad que fue entregada en banca rota.

Eso amerito apretarse el cinturón.

En un Chiapas donde el paternalismo y el clientelismo crearon una dependencia tremenda de los sectores del gobierno, también florecieron las oligarquías dentro de las organizaciones tanto productivas como sociales, que aun arrastran métodos anquilosados del corporativismo institucional a modo; indisciplinado cuando no se le cumplen sus cotos de poder.

Y qué decir del caciquismo partidista, de viejo cuño en éste Chiapas saqueado, y en el que han participado todos, hasta los que se persignan de las fechorías del de enfrente, como los Rojas.

Desde luego que no meteré las manos por Manuel Velasco; como todos los gobernantes tiene que demostrar que puede, con lo que le den desde el gobierno federal, pues es muy bajo el valor agregado que generamos, y aun con eso colocar a Chiapas en una posición que permita iniciar un crecimiento lento, pero sostenido, porque no le va a alcanzar el sexenio para “entrar en la senda del progreso”, porque más que la verdad ni al país todo, con la administración de Peña Nieto.

Pero ahora aterricemos en la elección municipal tuxtleca, la satanizada, la llamada elección de estado, por la que “el pueblo se levantó en lucha por el voto”.

Ese hecho aldeano desde luego que fue aprovechado no solo por líderes de opinión en la nación, sino también por los partidos mismos, esto es sus dirigencias nacionales del PRD y el PAN, cuya cosa si bien fue mencionada fue deslizada en su intríngulis, porque no era ni es por el momento motivo de interés de los columnistas de referencia, que ven la oportunidad para sindicar a la actual administración, y desde luego negociar.

¿Qué más?

Porque solo ellos –no los seguidores de la “democracia” aldeana- saben lo que significa dejar a una entidad manchada de intolerante, autoritaria, sin democracia ante los inversionistas extranjeros, ahora que Chiapas es vista por los jefes en la tecnología de punta en el rubro eólico y de turismo de aventura.

Pero hay que joder aunque nos jodamos ¿no?

La otra es que quienes le llevan la contra al gobierno señalan o destacan que en Chiapas aumentó la pobreza, como sinónimo de mala administración. No observan que fue por la baja nacional pues, en todo el país se incrementó el fenómeno. Chiapas es diferente porque en ésta entidad si hay un sector primario altamente productivo, lo malo es que no tiene industria para la transformación de sus productos. Apenas se da el jale con dos parques industriales que desde luego son paso a paso, pero algo pasó que el Plan Oaxaca-Chiapas anunciado con bombos y platillos que no se ha dado, aun Chiapas ya está preparado, decía, con parques adecuados y desde luego, su Puerto y tres aeropuertos internacionales ubicados en Tapachula, Tuxtla y Palenque, obvio salidas al sureste y centro del país, como al Itsmo centroamericano.

Pero Oaxaca tiene el problema tremendo de la 22 y su retórica de obstrucción, sin importar el tremendo daño económico que le causan a la tierra de la Gelaguetza, de la que se han adueñado, ante la falta, ahora sí, de madurez de su gobernante.

Eso no sucede en ésta entidad, por ejemplo.

En torno a la elección: si, hubo abuso y medio, derivado de los malos operadores de ambos partidos, porque esto fue de ambos lados. Es decir que si uno cometió cien, el que el otro cometiera quince no lo salva de lo mismo.

La definitiva es que si en verdad el gobierno de Velasco hubiera intervenido, no le alcanzan ni los talones a Castellanos. Si fuera un alfil todo el aparato se hubiera volcado para conseguir votos, no esa exigua participación ciudadana de la que los seguidores de Rojas llaman “democrática”.

La neta es legal porque así lo marca la cuestión proporcional, pero entre todos no logran el 30 por ciento de la población en edad de votar.

¿Cuál legitimidad?

No, no pueden hablar de que “Tuxtla decidió”, desde ambas trincheras –porque ya lo son en ésta guerra más sucia que la primera-, y para empezar deben reconocer que ninguno de los dos logró convocatoria significativa.

La otra es que deberían de felicitar a sus equipos, olvidados ahora, algunos aun sin que les paguen sus sueldos en el argot de tener con qué seguir pagando marchas –que no son gratuitas, neta- y que del lado de Rojas ignoro quien es, al estilo de los panistas de siempre en bajo perfil, pero que del lado del verde tiene nombre y se llama Jovanni Salazar, llamado ya en ciernes, y que pudo con mucho ordenar los operativos de cobertura, que hoy le dieron un reducido triunfo al PVEM, pero triunfo al fin, que desde luego va a ser impugnado, y que si es ratificado, seguramente el mencionado se mantendrá a la usanza priista –de donde proviene- institucional a las instrucciones o directrices de su hoy partido el verde ecologista de México.