Editorial

31/julio/2015

Cuatro son los temas que atraparán la atención mediática en los próximos días.

Obligado es la elección del nuevo dirigente del Partido Acción Nacional, que tendrá lugar el 16 de agosto y del que se asegura de que el ganador de la misma será el ex presidente interino del partido, Ricardo Anaya Cortés.

La sucesión en el PRI es otro de los temas que mayor atención generan, ya que los lineamientos marcados por el llamado primer priísta del país -o sea Enrique Peña Nieto- provocan la duda sobre si los políticos como Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa Patrón no tienen posibilidad alguna de acceder a ese cargo que va a dejar Cmacho Quiroz.

Evidentemente se sabe que esa decisión vendrá de Los Pinos y que el nuevo dirigente del tricolor tendrá a su cargo tareas importantes como apuntalar a los candidatos con los que pretende ganar la mayor parte de los comicios estatales en doce entidades en 2016.

La realidad es que a la par del nuevo dirigente de Acción Nacional surgirá el del Revolucionario Institucional y entonces se verá el calibre de cada uno de ellos, los recursos con que cuenta y si los debates entre ambos serán candentes, antes pasando por las negociaciones internas, porque el PVEM quiewre competir con propios, como lon hizo en Chiapas.

Otro de los temas atrayentes es concurrente con el del dirigente del PRI, ya que dentro de las especulaciones se deslizan los nombres de miembros del gabinete, es el de cambios en la estructura federal, con la abundancia de menciones, según sean los promotores de esos personajes.

Uno de los temas más inciertos es el de los tan redundantes cambios en el gabinete, considerados necesarios para unos, sin importancia para otros y hasta menospreciados.

Sin embargo, en este juego de las sillas que resulta ser la política mexicana, podrían darse algunos de ellos, aprovechando la inercia del inicio de una nueva legislatura y del cambio en la dirigencia del partido e ir preparando lo que será la sucesión presidencial del 2018.

Otro de los temas que se mantienen en la mente de la población es si capturan o no a Joaquín Guzmán Loera, fugado del penal del Altiplano el pasado 12 de julio.

El caso de Guzmán Loera se mantiene vigente, aunque ha descendido en las preferencias del pueblo, entretenido entre temas diversos que surgen todos los días y desparecen casi con la misma prontitud.

La pregunta que sigue rondando en la mente de la población es si rodarán cabezas por esa fuga o simplemente quedará en el proceso que se seguirá a unas cuantas personas de niveles burocráticos bajos.

En se mismo rubro se mantiene la duda sobre si lo conocido hasta ahora es la verdad de la fuga del delincuente o existe una versión distinta que deba ser considerada.

Por último y, tal vez, el principal tema para los habitantes de México es sobre quién será el nuevo técnico de la selección de fútbol mayor. Ese si es preocupante, para la mayoría de mexicanos que cada cambio de entrenador espera que el siguiente sea el que finalmente detone este deporte a niveles internacionales.

La esperanza es lo último que muere y los directivos del fútbol mexicano saben que con esa rotación de entrenadores le dan variedad a los gustos de los aficionados y continúan llenado las arcas de dinero, sin importar el estancamiento del deporte.

Es cierto que el fútbol es un negocio privado, en el que empresarios invierten, pero también lo es que los equipos y sus dueños requieren en mayor o menor medida de la infraestructura de que los dotan los diferentes gobiernos estatales de las entidades en que juegan, incluyendo Chiapas con sus Jaguares mediocres.