Editorial

3/julio/2015

Desde luego que la evaluación al magisterio permitirá mejorar con mucho la calidad educativa, pues permitirá encontrar los puntos débiles que por años han impedido buenos logros en los procesos de enseñanza aprendizaje en el país.

Desde luego que la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se oponen con todo como lo han de siempre a cualquier reforma o descentralización implementadas por el gobierno federal, en busca de mejorar la calidad de la aplicación del tronco común, y en lo general de la administración en la Secretaría de Educación Pública.

Tienen décadas que la discusión se centra tanto en la CNTE como en el SNTE; la disidencia por oponerse de facto al gobierno federal, y el sindicato, por entregarse deiure a los designios de ese gobierno.

Rechazo y sometimiento han sido el sino del magisterio, pues sus líderes -radicales por un lado y charros por otro- iniciaron y mantienen una diferencia política y funcional que solo ha afectado a la educación del país, y cuya repercusión ya se reciente a 40 años de iniciado el llamada movimiento magisterial que, se reitera, es solo de “lucha” y no de propuestas por parte de éstos profesionistas de la educación.

Hoy aun se mantiene esa tendencia: la CNTE se opone a todo, lo que provenga del gobierno,. En una síntesis obsoleta de lucha, pues sigue careciendo de propuestas, con la diferencia que ingresaron al vandalismo y el gobierno federal ya no les aplica la represión, en algo que en verdad desearan para volverse protagónicos y anárquicos, como los normalistas de la “Manuel Burgos” en Ayotzinapa, municipio de Tixtla, municipio de dónde fueron expulsados y amenazados de ser rapados, en caso de volver a inmiscuirse en los asuntos de esa comunidad mixta, entre mestiza e indígena.

Si en Tixtla, la gente, que no el ayuntamiento determinó poner en orden a esos jóvenes vándalos, al gobierno federal sin duda le ha faltado determinación, y esto en la mayoría de las entidades en las que los maestros nunca son sancionados, sea los días que falten

En esta ocasión la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobresello las demandas del magisterio, y éstos si podrán ser sancionados.

La pregunta es quien lo va a ser? Porque el gobierno federal suelta el dinero, pero pagan los gobiernos estatales.

Así que sigue el juego.