Las crónicas de un continuo despertar

1/abril/2015

plumaArít León Rodríguez

Feliz Semana ¿días? Santa.

Vaya, seamos creyentes o fieles católicos, recibimos el beneficio de los días de asueto que esta semana marcada por el sacrificio del  buen Jesús.

Honestamente no soy la más viajadora. Me gusta viajar pero muy a menudo tengo otras prioridades (con dos hijas y tantos pendientes) lo hago poco.

Pero hacerlo en Semana Santa es para mi como un harakiri. Estos son mis pretextos, razones, justificaciones, excusas o como quieran llamarlas, pero es una realidad tangible para muchas familias mexicanas, y porqué no decirlo, chiapanecas.

El precio de esta temporada, eso de pagar tanto solo porque es la época en la que todo mundo viaja se me hace tan desafortunado. ¿Qué necesidad de pagar tanto?

El gentío. Cierto, soy medio agorafóbica, tendiente a estresarme cuando personas desconocidas se acercan a mis hijas, es decir, todo el mundo. No me gustan los lugares llenos en extremo, ni decir que sucios. Definitivamente no son mi idea de un día de vacación, y menos una semana.

Largas filas. Tampoco mi idea de vacación. Esperar horas en el aeropuerto para documentar, horas en las casetas de carretera, filas para las comidas de los all inclusive, 30 minutos de espera para los restaurantes de la ciudad, filas y espera para todo.

La calidad. No es broma, las pocas veces que llegué a salir en Semana Santa, noté que no importa el prestigio del hotel, con tanta gente, inevitablemente la calidad decae un poco.

Desgraciadamente aún un hotel gran turismo puede caer un mucho. Y no es que quiera uno el caviar más fino, -puesto que aún cuando alguna vez lo llegué a probar no me gustó- pero mejor voy en las temporadas en que la calidad del hotel y los servicios son exactamente las que espero, o lo que me alcance, ciertamente.

Me encanta mi ciudad en Semana Santa. En si se queda muy quieta, se disfruta.

Haciendo a un lado que existen horas bolo que debes tener precaución, prefiero disfrutarla plenamente sin tanto vehículo amenazante y zigzagueante por ahí.

Ahogan definitivamente. ¿Ha notado que cada vez hay más vehículos?

Siendo Tuxtla una ciudad con montañas, en algún tiempo (desconozco cuanto) me temo empezaremos a vivir una micro inversión térmica con tanto coche.

Algo así como el DF en chiquito, sin ser tan divertido. Contaminación a más no poder, polución, ojos rojos, infecciones gracias a las empresas procesadoras que existen en la ciudad y avientan lixiviados al aire libre, y procesan basura sin importarles las colonias cercanas.

Como que estaría genial que empezara a verse eso, antes de que nos muramos de a poquito, ¿un hoy no circula sería tan descabellado? Digo, sé que son días de alivio para algunos, pero hay tantas cosas que considerar, estando rodeados de tanto desconsiderado.