Editorial

18/abril/2015

pluma editorialLos priístas están convencidos o, cuando menos, quieren hacerlo creer, que serán mayoría en la conformación de la próxima Cámara de Diputados.

Desde que en 1994, el voto del temor logró que el partido tricolor alcanzara su última mayoría camaral, tanto en diputados como senadores, éstos no han encontrado la fórmula para repetir la hazaña, cuando menos en una de ellas.

La LVI legislatura fue la última en que el partido tricolor consiguió el control de la Cámara de Diputados, mientras que la LVII lo fue en el Senado de la República.

Aquellos eran tiempos en que los priístas conseguían, sin tantos problemas, sacar la aprobación a todo tipo de iniciativas de ley, principalmente las provenientes del Ejecutivo federal.

Humberto Roque Villanueva fue el último que llegó a la coordinación de su bancada con un nutrido grupo y de ahí saltó a la presidencia nacional del Partido Revolucionario Institucional.

Fernando Ortiz Arana hizo lo propio en el Senado de la República en esa misma legislatura, luego de presidir el entonces partido mayoritario.

De entonces a la fecha, son varios los coordinadores priístas que tuvieron que luchar como grupo compacto con una primera minoría y algunas veces relegadas hasta segunda y tercera minoría.

Fue por ello que decidieron establecer alianzas con los otros grupos legislativos, de acuerdo a la convencía de cada uno de ellos, para la aprobación de reformas legales y nuevas leyes.

Uno de esos primeros coordinadores que les tocó actuar sin contar con un grupo de mayoría absoluta, fue Enrique Jackson Ramírez, quien entró de relevo en sustitución de Arturo Núñez Jiménez, luego que éste solicitó licencia para buscar por vez primera la nominación al gobierno de Tabasco.

Hoy, Jackson Ramírez es uno de los principales prospectos del priísmo para coordinar a los diputados de su partido en la inminente LXIII legislatura del Congreso de la Unión. Su ubicación como tercero de la primera circunscripción le da la ventaja de la seguridad de su sitio en la próxima legislatura, donde tendrá que disputar la distinción de coordinar a su bancada con otros dos personajes, que de igual manera fueron privilegiados como primeros en la III y V circunscripción, respectivamente.

Jorge Carlos Ramírez Marín es otro de los prospectos más sólidos del PRI para ese anhelado y próximo liderazgo legislativo.

Ubicado en primer lugar de la tercera circunscripción, Ramírez Marín fue sacado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, para cumplir tareas específicas en la Cámara de Diputados.

César Camacho Quiroz es el tercero de los prospectos priístas que suena para coordinar la bancada de este partido en la LXIII Legislatura. Actual presidente nacional del PRI, Camacho Quiroz es colocado al frente de las posibilidades reales.