Tubo de ensayo

5/marzo/2015

René Delios

El “otro amor” que negado por las leyes en el sureste mexicano.

En Tabasco el mes pasado, dos jóvenes varones llevaron a cabo su enlace matrimonial, siendo el primero en su tipo en Villahermosa.

La boda –que llamaron gay- se realizó tras interponer un amparo ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la que resolvió a su favor y el enlace nupcial se llevó a cabo el pasado 13 de febrero en un hotel de la capital del estado de El Edén, siendo avalado por el titular de la Oficialía del Registro Civil Número 1 en el municipio de Centro –como también se le conoce a Villahermosa-, Dionisio de la Rosa Zenteno.

El año pasado ésta pareja solicitó su matrimonio legal, sin embargo obtuvieron una negativa, basándose en el artículo 154 del Código Civil de esa entidad vecina que establece que sólo pueden contraer matrimonio un hombre y una mujer.

Pues demandaron  un amparo y la Suprema Corte de Justicia de la Nación le ordenó a la dependencia de registro, celebrar esa boda.

Con todo y eso el secretario de Gobierno tabasqueño, César Raúl Ojeda Zubieta, aclaró que ese tema no está contemplado en la agenda gubernamental y puntualizó que actualmente no se contempla ninguna reforma a las leyes para garantizar los derechos de esa pareja tabasqueña.

O sea, los casaron y ya, por orden judicial, pero sin los derechos de una pareja “normal”.

En Chiapas, Érika de 30 años y Abilene de 18 años buscaron también hace unos días que el Registro Civil chiapaneco  les permitiera casarse para ser la primer pareja gay de mujeres que contrae matrimonio en nuestro estado.

Obvio no se puedo; la oficial del Registro civil -me dicen- que hasta huyó de la oficina porque había prensa presente.

La ley dice lo mismo que la tabasqueña: hombre y mujer –burro siempre por delante-, en una óptica no machista pero si de preponderante dominio masculino cuando fueron constituidas.

La neta qué ganan con negar esa realidad de las parejas gay.

Si es por temor a Dios, están jodidos en los congresos estatales porque “al César lo que es del César…”, lo dijo Jesús mismo separando cosas terrenas de las celestiales.

Si es por el argumento jurídico, pues no demoran en darse en masa éstas peticiones y no van a tener de otra que reconocer los matrimonios entre parejas del mismo sexo, y bueno, les recuerdo que también votan muy aparte que les niegan su derecho a amarse legalmente a dos ciudadanas chiapanecas y a la vez mexicanas.

Pisemos ya la tierra y partamos de la realidad, de lo que sucede, de lo que acontece.

Obvio es que Erika y Abilene –las chiapanecas que se aman- demandarán amparo, como la pareja de muchachos tabasqueños.