Itinerario Político

31/marzo/2015

Ricardo Alemán

¿Quién votaría por un partido de Bejarano?

Y por qué no debía intentarlo el pillo de René Bejarano —y su claque—, si antes lo hicieron Andrés Manuel López Obrador, con Morena; Dante Delgado, con MC; Elba Esther Gordillo, con el Panal; los González Torres, con el Partido Vede; Alberto Anaya, con el PT. Y Mucho otros lo intentaron, como Patricia Mercado, Jorge Alcocer, Gilberto Rincón, Heberto Castillo…

Lo cierto es que casi todos los líderes que se dicen, se identifican o se creen de izquierda, han intentado o han conseguido crear su propio partido político. Pero también es cierto que a ninguno lo mueve el deseo legítimo de cambio. No, van detrás de la grosera ambición del poder por el poder. Los hechos lo prueban.

Y es que cualquier político profesional, con dos dedos de frente, sabe que es más rentable construir, administrar y pastorear un partido que construir una empresa. Al final un partido político es un negocio familiar que tiene en las rentas del Estado su principal motor. Y ¡ay! de aquel que logre pegarle al gordo, porque tiene resuelta la vida con su empresa familiar.

Y por qué no el señor Bejarano, si nunca le interesó la ideología, la doctrina y menos los ideales de la izquierda. En realidad a Bejarano sólo le importa el poder y ser parte del saqueo de las rentas del Estado —del dinero público, pues—, para engordar a su burocracia a sueldo.

René Bejarano, como saben, anunció que abandonará el PRD y que trabajará “para poner casa aparte”. Es decir, creará su propio partido. Pero antes de formular las preguntas básicas sobre la ideología, la doctrina y hasta el nombre que tendría el partido de Bejarano, primero debemos preguntar sobre los potenciales votantes del partido de Bejarano.

¿Quién, en su sano juicio, se atrevería a votar por un partido construido y encabezado por “el señor de las ligas”; símbolo de la corrupción, emblema de la transa y los moches del dinero público? Seguramente serían muy pocos.

Por eso, la balandronada de Bejarano —de que analiza si luego de las elecciones pondrá casa propia—, no es más que un mensaje al oído del nuevo jefe del PRD, Carlos Navarrete, y con dedicatoria al jefe de gobierno del DF, Miguel Mancera. ¿Por qué? Porque Navarrete y Mancera literalmente aplastaron a Bejarano, hasta reducirlo a nada.

En respuesta, y a manera de supervivencia, Bejarano amaga con el rompimiento y grita que se va —antes del proceso electoral—, para que le den garantías de respeto mínimo a los pocos territorios que aún le quedan.

Y otro que también trata de asustar con el “petate del muerto” es Andrés Manuel López Obrador, quien hace horas dijo en Chiapas, que si no se vota o se anula el sufragio en estas elecciones, “se le hace el juego a la mafia del poder”, pues, dijo, con los votos que compra le alcanza para mantenerse.

El 14 de enero de 2012, en Chiapas, el precandidato presidencial por la izquierda afirmó que “para transformar la vida pública de México hay que participar por la vía electoral. No creo que se pueda por otra vía, y no estoy de acuerdo con la abstención o con el voto nulo. Hay que participar, porque si no, se le hace el juego al régimen”.

En la campaña de 2009, mediante un spot del PT, Obrador dijo: “Si no votas, le estás haciendo el juego a la minoría rapaz que está destruyendo al país. Si no votas, va a haber más pobreza, desempleo, inseguridad, violencia”.

Grito desesperado porque Morena, igual que los otros partidos, sufre el desprecio de los mandantes. Al tiempo.

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