Katia D’ Artigues
¿Para cuándo el Convenio 189? – PES: Nuevo partido, viejo discurso
Ayer, a nivel mundial se conmemoró el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. A nivel nacional, poco tenemos que festejar.
Pese a la promesa pública —hace más de un año— del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de mandar al Senado el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo para dar garantías en su trabajo a trabajadoras del hogar, esto no se ha hecho.
¿Por qué? No se sabe; todo parece indicar que la negociación —que aún depende de la ratificación del Senado— se atoró en el IMSS, que dirige José Antonio González Anaya, ante el temor de que de pronto 2 millones de trabajadoras del hogar pidan lo justo. Ya sabe: en México somos muy buenos para reconocer los derechos. Para cumplirlos, no tanto. Como muestra este botón: el convenio lo firmamos en 2011… y nada.
Nueve de cada 10 trabajadoras son mujeres. Sólo 2 de cada 100 tienen como prestación laboral el acceso a servicio médico; 35% gana el equivalente al salario mínimo. Algunas, menos.
No sólo son aquellas personas que realizan tareas de limpieza en el hogar, sino también quienes realizan tareas de cuidado de otras personas en sus casas, cocineros y las personas que lavan y planchan, así como los choferes.
Ante esta situación, el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar y el Colectivo Hogar Justo Hogar enviaron ya al presidente Enrique Peña Nieto y a su consejero jurídico, Humberto Castillejos, una carta solicitándole envíe ya ese convenio al Senado para ser ratificado. Desde el pasado 8 de abril de 2014, la entonces subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Lía Limón, hoy candidata a diputada, declaró que la ratificación de este Convenio era un compromiso para la actual administración. Sí, dijo compromiso.
Lástima por la razonablemente buena campaña que ha hecho el Partido Encuentro Social, PES, para mostrarse un tanto diferente a la oferta política que tenemos actualmente, parecía un partido con una plataforma para lograr la inclusión y dar voz a propuestas ciudadanas.
Tan es así que una de sus candidatas es Dora Elia García, medallista paralímpica; a Alejandro Camacho, incluso han promovido la muy acertada incorporación de Héctor Suárez y sus spots/críticas sociales…
Todo esto se va al caño en menos de lo que dura un spot al leer las declaraciones de Arturo Arriaga Macías, candidato del PES a gobernador de San Luis Potosí.
En una entrevista con Fernando Garduza, de Pulso Diario de San Luis, fue cuestionado sobre diversos temas sociales y mire nada más lo que dijo:
—Vamos a la Zona Media, olvidada, donde no ha habido un trabajo, el gobierno la ha dejado olvidada, y eso provoca desempleo e inseguridad, donde la drogadicción, el pandillerismo, la homosexualidad, la violencia, el narcotráfico se han apoderado.
Ops. ¿Quién sabía que el gobierno o la falta de él “provocaba” homosexualidad?
Pero va más allá. Se refiere en específico a la homosexualidad. Dejó en claro cuál es la forma en que su gobierno sería inclusivo:
—No estamos contra los homosexuales, no los condenamos, para nada, son parte de la sociedad… cuando hablo de homosexualidad, como puedo hablar del aborto, de las madres solteras, es que son una ramificación. Nosotros creemos en la familia (esa única, entiendo), todo lo demás rompe la familia, son vertientes que salen, lamentablemente se han roto los vínculos familiares.
Del matrimonio gay ni hablar. El candidato del PES sólo lo identifica como la unión de hombre-mujer:
—(el resto) no entra dentro en ese nombre, si hay otra unión de otras características, que se llame de otra manera, el matrimonio se instituyó para formar una familia (de nuevo: él sólo cree en una única familia)
¿Neta no se equivocó de partido? Parece, más bien, candidato del PRM: Partido Retrógrada Mexicano, que, ya que no existe, bien podría fundarlo.
El síndrome Lubitz. Hace casi 14 años, la aeronáutica mundial modificó sus reglas a raíz del atentado contra el WTC de Nueva York: cerraron la puerta de la cabina de mando para que no pudiera entrar ningún terrorista.
Ahora, a raíz del accidente aéreo del avión de Germanwings registrado la semana pasada, nuevamente se modifican los protocolos.
A partir de hoy, en varios países dentro de los que está México, las aerolíneas deberán tener a dos personas de la tripulación dentro de la cabina de mando en todo momento, y no sólo una como sucedió en el avión accidentado.
Ahora sabemos que Andreas Lubitz, el piloto que todo indica que estrelló el avión en la zona de los Alpes franceses a propósito, tenía trastorno de ansiedad generalizada, por lo que habría sido sometido a un tratamiento médico a base de olanzapina (antisicótico utilizado en enfermedades mentales) que no continuó. Eso, además del desprendimiento de retina, que puso en riesgo el continuar su carrera como piloto aéreo.
Una compañera recordó que alguna vez Andreas le dijo que haría algo por lo que todo el mundo lo recordaría. Así fue.
Donde curiosamente, en estos tiempos electorales, toman la bandera del movimiento lésbico-gay-transexual-transgénero (LGBT) es en el PRI.
Ahí, la Confederación de Jóvenes Mexicanos de ese partido (puros jóvenes como de cuarenta y cacho) nombró a Sabrina Sabrok, la modelo argentina conocida también por sus numerosas cirugías estéticas de pecho, como Embajadora honoraria de ese sector social en México y Argentina.
Ayer por más que pregunté, no encontré ningún miembro de la comunicad LGBT a que la reconociera como una figura destacada por su defensa, postura progre…. Nada. Quizá sólo querían conocerla estos “jóvenes”.
Andrés Manuel López Obrador ya se vio ganando la gubernatura de Guerrero. De no ser así, no me explico cómo fue que durante una visita a Iguala, junto con Pablo Amilcar Sandoval, candidato de su partido, Morena, a gobernador de esa entidad, dijo que pedirá a los padres de familia de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y a los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación, CETEG, que le propongan los nombres de quienes deberán ser el procurador estatal y el secretario de Seguridad Pública.
AMLO recibió un portazo como respuesta. Tanto los padres de familia como los maestros de la CETEG rechazaron su propuesta. Los maestros insisten en el rechazo a realizar elecciones, y los padres de familia en caer en el juego de las propuestas de los candidatos a gobernador.
Pero eso no es todo.
López Obrador también tendría hueso…digo, chamba, en caso de que Sandoval gane. ¿De Gobernador legítimo? No, se ofreció ser asesor del candidato si gana.
En medio de este panorama adverso político-económico-educativo nacional, otra mala noticia se adhiere a este coctel. El domingo pasado la UNAM dio a conocer los resultados de su primer examen para ingresar a alguna de sus carreras. No son nada halagadores.
Participaron 128 mil 519 estudiantes en espera de alcanzar un espacio. De ellos, solamente ingresarán 11 mil 490, es decir, el 8.9 por ciento del total.
Habrá que pensar qué otra alternativa tendrán los 117 mil 29 estudiantes que esperan una oportunidad para superarse.
Luego de la barrida que le dieron en el DF diversas tribus del PRD en el reparto de candidaturas para Jefes Delegacionales y diputados locales y federales, todo indica que René Bejarano tiene otros planes. Por lo pronto intentará transformar su corriente, Izquierda Democrática Nacional, en una Asociación Política Nacional, APN, y ya en unos años, quizá convertirla en un partido político.
¿Será que esta historia ya la conocemos? La izquierda se atomiza en pequeños partidos que no ganan grandes elecciones, pero sí rivalizan entre ellas; luego, ante una coyuntura o liderazgo importante se unen (¿quién podría hacerlo ahora?) para después volverse a separar.
Un militante que quiere hacer partido en cada hijo te dio, pues.
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