Vive una navidad light

20/diciembre/2014

Si una persona practica regularmente una dieta equilibrada en hidratos de carbono, grasas y proteínas repartida en cinco comidas al día, toma unos dos litros de agua y hace ejercicio, los excesos gastronómicos de la Navidad no dejan de ser una anécdota temporal. Todo vuelve a la normalidad cuando llega la rutina en el mes de enero.

En cualquier caso, una comida o cena navideña no tiene que ser un suma y sigue de calorías. La nutricionista Alicia Costa, con consulta en Barcelona, propone tomar aperitivos ligeros a base de gambas, mejillones o almejas mejor que queso, jamón o foie.

Un primer plato donde también el marisco sea el protagonista (centollo, langostinos, cigalas…) o bien un consomé de verduras o una ensalada original puede contrarrestar la grasa que aporta un cordero al horno. Claro que menos grasa tiene la carne de pavo o de pollo. Y si no está relleno mejor que si lo está.

Pero lo que es una indiscutible elección saludable es el pescado: éxito seguro tiene un besugo al horno o una lubina a la sal, que además aportan nutrientes muy beneficiosos para la salud.

Los acompañamientos también se pueden controlar, en lugar de patatas o salsas contundentes en grasa, se puede enriquecer una carne o pescado con verduritas al horno, una variada y vitamínica elección.

El postre y los turrones, temidas bombas de azúcares, se pueden sustituir por piña natural o una macedonia de frutas. “Lo fundamental es mantener la estructura que se recomienda durante el resto del año. Que en el menú navideño no falte la fruta y la verdura, por la fibra que aporta, y que las carnes sean lo menos grasas posibles”, apunta Alicia Costa.

Si una persona practica regularmente una dieta equilibrada en hidratos de carbono, grasas y proteínas repartida en cinco comidas al día, toma unos dos litros de agua y hace ejercicio, los excesos gastronómicos de la Navidad no dejan de ser una anécdota temporal. Todo vuelve a la normalidad cuando llega la rutina en el mes de enero.

Costa nos facilita algunos consejos para que las Navidades gastronómicas no nos pasen factura:

-Programar lo que se va a comer, planificarlo e intentar compensar platos más calóricos con otros más ligeros.

-Compensar comidas energéticas con cenas ligeras pero nunca evitar alguna de las cinco comidas del día.

-Reducir el tamaño de las raciones ante menús compuestos por platos variados.

-Comprar lo justo o repartir lo que sobre entre los familiares para no estar durante días comiendo restos calóricos o dulces como turrones y polvorones.

-Es mejor que en la mesa poder servirte tu en el plato, así controlas las raciones. Además picar de fuentes colectivas es muy peligroso, no ponemos límites.

-Reducir el alcohol que solo aporta caloría y ningún nutriente y ayudar a la digestión con infusiones.

-Y por supuesto el ejercicio: evitar el sofá y salir a dar un paseo para bajar la comida, subir las escaleras, jugar en familia o bailar un rato.