Editorial

14/junio/2019

 

La derrama económica para la reforestación en Chiapas va a ser considerable, como lo será el beneficio, esto es la recuperación de la calidad del aire y captación del agua.

 

Pero Chiapas tiene potencial en otros rubros, pero hay cierto desaliento en los empresarios en torno a las políticas federales, por lo que la fluidez de las inversiones no ha sido significativa ya para el primer semestre del sexenio.

 

La cuestión es que es la iniciativa privada la que genera el grueso de los empleos permanentes, y desde luego con derechos laborales, seguro y seguridad social, todo derivado en los comportamientos económicos.

 

Desde luego que la amenaza de los aranceles puso bajo alerta a los inversionistas, que ven atractivo a México por su mano de obra a menor pago que en Estados Unidos, y superado el problema y en su caso, aprobado el T-MEC, es de suponer que la expectativa en México mejorará sustancialmente.

 

Mientras eso sucede, pues se espera que para el sureste del país se den buenas cosas, aparte de la inversión federal, pues como se dice, ya es hora de que esta parte del país ubique sus polos de desarrollo y deje de ser receptora de programas y programas que por sexenios, no han logrado el supuesto desarrollo que buscaron.

 

Ahí está la oportunidad, y habrá que darse la flexibilidad para que la empresa coadyuve también al desarrollo regional y se establezca con garantías, que logren la confianza de otras firmas para que el asunto no quede solo en proyectos sexenales.