Tubo de ensayo

1/junio/2018

 

René Delios

 

Un buen de conocidos, un hermano y un amigo, le están entrando con todo a sus campañas, y en esos casos pues la opinión puede incluso tener tendencia a favor y es ahí en dónde aparece la amistad que, en el argot de la corrupción generó aquello de “ la amistad se refleja en la nómina” y en la sociedad “amigo un peso en la bolsa” y que, a la jarocha pongo al fuego en que mi amigo y amiga es para siempre, pese ellos y ellas ¡ja! pues puedo ser infiel pero no desleal.

En ese estricto sentido mi hermano Jovany Salazar y mi amigo Carlos Macías son candidatos, uno a diputado y el otro a alcalde; uno por Tuxtla y el otro por Chiapa.

Ambos se enfrentan a aplanadoras con el optimismo de servir, pues como dijera el Macías en una entrevista con Alfonso Carbonell para el ExpresoTV, “en un solo concierto me gano lo de un mes de alcalde” y que decir de éste exitoso chiapaneco que, arriesga prestigio y calidez que le tienen en su pueblo –en el que se pasea como cualquiera que es el amigo de todos-, por los reclamos que son muchos, en esa ciudad colonial en dónde es mejor estar bajo la crítica del Facebook que en la boca de las ñoras que aparte te tiran una mirada de reojo que puedes interpretar como quieras, incluso lo que sigue de lo que éstas pensando.

(Y a ver si mi hermano Jovany no se me encabrona porque no digo que es un hombre de fe, de gran visión social -de esa que estorba en el gobierno pues piensa en los más y no en los pocos de palacio-, con esa sonrisa que hace pensar que todo es para bien).

Recuerdo cuando Fernando Castellanos se lanzaba para alcalde, y la mirada franca de sus ojos verdes me hizo sonreír: “ya veraz periodista químico -así me dice ese we- cómo mi pueblo me va a dar el triunfo aun la guerra sucia que me aplican, pues está conmigo”; esa misma mirada pero de preocupación y ya en verde oscuro, vi la vez aquella del paro de labores de trabajadores de la limpia privada a falta de pago a Veolia o ProActiva, y que provocó que los desperdicios diarios se quedaran en la vía pública por varios días, generando lo que decía líneas arriba: expresiones nada gratas en contra del ya alcalde al que su propio pueblo al que invocó en la elección le reclamaba los incumplimientos.

Y es que si no tienes -o te dan- el varo para todo lo prometido ¿Pues cómo?

Es como el o la que gasta más de lo que gana, y se encuentra en el momento en que ya ni con la quincena completa la libra.

Esa vez fue evidente –recuerdo- que una clara falta de cultura urbana de miles de familias tuxtlecas se expresó como ahora se vuelve a expresar en contra del ex alcalde, y lo hizo en la vía pública, al dejar a merced de pepenadores y animales el material orgánico e inorgánico por toda la ciudad, el que fue esparcido fuera de bolsas y cajas sobre el pavimento y así estuvo por días en una ciudad que apestaba, y que para esto la lluvia ayudó poco pues movió –sobre todo el material más liviano- a los afluentes cercanos o distantes del río Sabinal, toneladas de basura que fueron finalmente a caer al Grijalva, y lo presupuestal que viró a social y de salud pública, terminó en un daño ecológico.

Esas son las consecuencias tremendas de las lerdas de los políticos de la latitud o altitud que sea.

Esa situación también me hace recordar que con Veolia se ha tenido constante rose por un contrato abusivo y otra por contaminación que le reclama con todo el compa Héctor Montesinos, quien se quejó de la indiferencia de Castellanos en su caso, y desde luego también de la Secretaría de Medio Ambiente que presidió un  buen rato Carlos Morales Vázquez, hoy nuevamente aspirante a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez pero con Morena, y que en caso de ganarle a Paco Rojas –un verdadero fenómeno tuxtleco-, tendrá que enfrentarse con lo que evitó como secretario de Medio Ambiente: Veolia, empresa que por cierto –me dicen- tiene impecable las calles de Mérida, dónde imagino que ésta empresa ecológica de fama mundial, no tiene problemas con el cobro.

Porque la otra que pocos se preguntan es ¿A cuenta de qué ésta u otra empresa le va a dar crédito a un ayuntamiento en el que sus funcionarios y funcionarias se dan vida de ricos usufructuando de chóferes, unidades y recursos?

Y así se las dejo, primos.

Vale.