Tubo de ensayo

18/mayo/2018

 

René Delios

 

En esta entidad en que se defendió la paridad en los municipios, en que hay más mujeres que nunca en su Congreso Local –que no en los cargos de decisión del Gobierno del Estado-, ni una se menciona como posible a la gubernatura del estado en éste nuevo rejuego de posibles emergentes.

Realmente la cuestión de género y la política de equidad solo está en el discurso; en la práctica no se ve.

Hemos observado un proceso en que la sociedad se organiza ya sin líderes para manifestar sus protestas, y las mujeres así lo hacen. Obvio es que en medio de eso, aparecen sectores como el empresarial o el magisterial que si bien tienen sector femenino, siempre comprende a sus dirigencias y no se busca por ahí.

Hemos estado presentes en no pocas manifestaciones de mujeres, algunas con siglas y otras convocadas a la sociedad.

Muchas han estado asociadas pero a la vez independientes, participa una organización u otra pero no unidas. Se entiende que hay distintas ópticas sociales sobre el tema pero el objetivo común es el mismo: los derechos de las mujeres a una vida digna en equidad.

 

Esta tampoco se da, y lamentablemente sucede hasta en el hogar.

 

Por eso como en muchas otras políticas sociales, las mujeres no creen en la palabra de los señores de la clase política que hablan en pro de buenos proyectos para las mujeres, y resulta hasta triste ver que aún siguen concentrándolas en eventos desde el presidente de México hasta un presidente municipal, para explotar sus circunstancias con programas de dependencia que no son en realidad un despegue real para su independencia y por el contrario, las hace dependientes de ese recurso cada año o cada mes, como esa mala manera de apoyo a madres solteras o entrega de despensas y demás miserias.

Programas que buscan mucha cobertura pero en realidad es derroche de recursos que se pulverizan por su poco volumen: 500 pesos.

 

Se va en compras ¿Y quién o quiénes los reciben?

 

Los comerciantes.

 

Sí, esos mismos que se quejan de que no hay circulante cuando cada mes, en esos programas se distribuyen ochenta millones de pesos.

Y hay proyectos como Próspera, otros más como Compartamos, entre tantos otros que las sangran semana a semana a una tasa de interés bastante alta.

Así que la mujer sigue siendo rentable en la política y el gasto social; tanto para concentraciones como para colocarlas a modo de políticos manipuladores.