Tubo de ensayo

25/abril/2018

 

René Delios

 

Muy pronto se volverá a escribir la misma crónica de diferencias de cuatro décadas que mantienen el gobierno federal de que se trate con la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, que es disidente del SNTE que lidereaba primero a modo por Jongitud Barrios y luego por Elba Esther Gordillo –que al menos incidían en el aparato-, y ahora por el pobre perfil de Juan Días de la Torre, quien desde 2013 es el secretario general impuesto –otra vez- por el priismo, luego de la caída de la maestra, hoy en arresto domiciliario.

Muy aparte de que el magisterio –y quiero referirme a Chiapas, dejando de lado por hoy a la 22 de Oaxaca, la 14 o Ceteg de Guerrero y desde luego la 18 de Michoacán- ya inició lo recurrente en el estado para llegar al climax el 15 de mayo en que se celebra el día del maestro y la maestra –que obvio incluye a educadoras-, por lo que realizan una serie de movilizaciones escalonadas desde hace un par de semanas, siendo la próxima programada la del 28, 29 y 30 de abril, según lo dieron a conocer, como parte de la inconformidad por la aprobación y aplicación de la Reforma Educativa desde febrero de 2013, por lo que lleva cinco años en vigencia y que son los mismos años –un lustro- en que el magisterio disidente en cuatro estados y sus células en otros siete, la protestan.

Ante estos paros nuevamente la Secretaria de Educación anuncia descuentos por los días de suspensión de clases, que de hecho es una medida recurrente que no ha detenido las movilizaciones que dicho sea de paso, genera otro tipo de situaciones como caos vial y perdidas económicas por bloqueos carreteros, cierre de comercios y obvio perdida de clases, que es lo único que les sanciona el gobierno dejando a su suerte a los comerciantes o empresarios que se ven afectados por éstos paros.

El punto es que no hay una vía de negociación que ponga fin a ésta situación, pues las partes están en verdad enfrentadas en éste tema medular para la CNTE que ve según ellos afectados sus intereses laborales, mientras la SEP se centra en la aplicación constitucional de la Reforma Educativa la que –y es cierto- fue diseñada de manera unilateral y de acuerdo a especialistas, tiene inconsistencias y además omite cuestiones “estructurales” del subsistema de educación básica que según esto se subsanarían con un techo financiero que a cinco años no ha logrado cumplir en miles de centros educativos en el país, algunos aún sin lo necesario para ser “una escuela digna”, según promesa del gobierno de Peña Nieto, mientras el creador e impulsor del proyecto hoy ley, Aurelio Nuño, dejó la secretaria del sector para irse de coordinador de campaña del PRI a la presidencia de México.

Entonces en éste asunto ¿Quién es el de más culpar?

Una secretaría que no cumple en lo estructural o un magisterio que no lo hace en la calidad.

Lo que sí es cierto es que ambas partes no reconocen su responsabilidad ni deficiencias, y mientras prensan a una ciudadanía y alumnado que no tiene de otra que tolerar abusos e indiferencia.

Sobre el particular hay poco que agregar de lo ya dicho por las partes y por los afectados directa e indirectamente que no han sido pocos, a los que por cierto desde ningún bando toman en cuenta y los que pronto volverán a ser víctimas de éste embudo sin aparente fin.